Juan Carlos Chávez Pilquil , hijo de Ismael Darío Chávez Lobos, una de las 119 víctimas de la Operación Colombo, presentó una querella criminal contra el dueño de El Mercurio, Agustín Edwards Eastman, por la colaboración de su cadena de diarios en el disfraz como “enfrentamiento” de la eliminación física de su padre y, en total, 119 detenidos desaparecidos por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) en 1975.
“Vengo a decir al señor Edwards y a todos quienes estuvieron involucrados que esto recién comienza”, dijo Juan Carlos Chávez, en alusión a la demanda que introdujo el 11 de septiembre por el montaje de la “Operación Colombo” que pretendió engañar a la opinión pública nacional e internacional con una historia falsa sobre su padre y otros 118 detenidos desaparecidos.
Esta es la primera querella criminal contra el “latifundiario” Edwards, pero la noticia fue ignorada por sus más de 20 diarios, radios y portales Internet.
Chávez Pilquil tenía 26 días cuando el estudiante universitario de 22 años Ismael Darío Chávez Lobos fue sacado de su domicilio a las 23:00 horas del 26 de julio de 1974, por tres agentes de la DINA. Ismael Darío Chávez era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Los tribunales de justicia chilenos tipifican ahora a la DINA como “asociación ilícita”.
La querella de Juan Carlos Chávez Pilquil identifica a Edwards como “autor intelectual-mediato, en su condición de colaborador directo de la represión iniciada por agentes del Estado al servicio de la Junta Militar, a partir del 11 de septiembre de 1973, del delito de homicidio calificado de las personas que pasamos a enunciar”, es decir, la lista de 119 ciudadanos chileno/as ultimados, con fecha de desaparición, militancia, edad y actividad.
“Con esta querella buscamos establecer la responsabilidad de Edwards como autor intelectual de este crimen tan deleznable, como es el caso de los 119, siendo él uno de los gestores del golpe”, dijo al diario electrónico El Mostrador.
Chávez. Las principales fechorías de Agustín Edwards y El Mercurio fueron abordadas por el documental “El Diario de Agustín”, protagonizado por la profesora Claudia Lagos y un grupo de tesistas, y dirigido por Ignacio Agüero.
“Es también un homenaje al presidente Salvador Allende y a todas las víctimas de la represión de la dictadura. Vengo a decir al señor Edwards y a todos quienes estuvieron involucrados que esto recién comienza, que vamos a perseguir a todos los civiles involucrados en la gestación del golpe de estado y los crímenes de lesa humanidad, a todos los que han encubierto estos crímenes y están han participado en estos montajes para eludir su responsabilidad”, añadió Chávez.
La Operación Colombo
Un año después de la desaparición del padre de Juan Carlos Chávez, el 23 y 24 de julio de 1975, los diarios de Agustín Edwards difundieron la noticia falsa de la muerte de 119 detenidos desaparecidos, secuestrados en Chile ante testigos por la DINA, que “se habían exterminado entre ellos mismos en las pampas argentinas” en un “enfrentamiento” imaginario, originado por divergencias políticas.
Los nombres de Los 119 corresponden exactamente a la lista de los recursos de habeas corpus presentados por los familiares ante los tribunales chilenos, quienes no atendieron ninguna de estas quejas, al igual que en otros 10 mil casos, según la investigación del libro “119 de nosotros”, de la periodista Lucía Sepúlveda (Editorial LOM, 2005).
La fuente de información de la noticia” fue la publicación de dos listados parciales en el exterior, uno de 60 nombres en la revista argentina LEA, que apareció por una sola vez, y otros 59 en el periódico O’Día de Curitiba, Brasil, que también salió un solo día, el 24 de julio de 1975. La acción de encubrimiento periodístico tuvo el nombre en código de “Operación Colombo” en el lenguaje de la “Operación Cóndor”, la entente de colaboración de los servicios de inteligencia de las dictaduras militares del cono sur de América Latina de aquellos años.
En la operación de “inteligencia” para encubrir estas desapariciones participaron todos los medios chilenos de la época, encabezados por las cadenas El Mercurio y La Tercera”. El diario vespertino La Segunda, de El Mercurio, utilizó el titular más ofensivo ara difundir esta mentira en primera página: “Exterminados como ratones”.
Por denuncias de los familiares de las víctimas, en 2005 los periodistas que se prestaron a esta farsa fueron procesados y sancionados por el Tribunal Nacional de Ética y Disciplina (Trined) del Colegio de Periodistas de Chile. Pero el procedimiento se alargó tres años por algunos recursos ante la justicia ordinaria que fueron finalmente fueron denegados.
El Colegio de Periodistas pidió formalmente perdón a los familiares de las víctimas por la conducta de estos afiliados en una ceremonia realizada en junio 2008, después que la Corte de Apelaciones desechara un recurso contra el fallo del Trined de Claudio Sánchez, de Canal 13 de TV, de la Universidad Católica.
El secuestro de Ismael Chávez
Según el relato de Mónica Pilquil, la esposa de la víctima, apareció de noche en su hogar en Quinta Normal, Santiago, un sujeto de civil preguntando por su cónyuge. Mónica le explicó que Ismael se encontraba en cama, pensando que el hombre podía ser amigo de la víctima, pero le pidió que se identificara.
Entonces, “entraron a nuestra casa otros dos hombres vestidos de civil quienes me dijeron que me encerrara en el comedor pues tenían que conversar con mi marido. Momentos después él se me acercó diciéndome que lo llevaban detenido”, relató Mónica.
Los sujetos no exhibieron una orden competente, ni indicaron las causas de la detención, ni el lugar donde sería llevado. Los agentes DINA solo dijeron que Ismael “iba a volver luego, después que fuera interrogado”. Mónica recuerda que uno de los aprehensores fue compañero de escuela de su marido y, al parecer, era funcionario de Investigaciones.
Poder Judicial: Oídos sordos
El 13 de septiembre Mónica presentó ante la Corte de Apelaciones de Santiago el Recurso de Amparo rol N°1.094974 en favor de su marido. El 13 de noviembre la Corte rechazó el amparo tras recibir información no revelada del Ministerio del Interior y decretó que se instruyera el sumario en el 9° Juzgado del Crimen de Santiago.
Allí se inició la causa 13.194-2 por presunta desgracia el 26 de noviembre de 1974. El 6 de diciembre, el prefecto de Santiago de la Policía de Investigaciones informó al Tribunal que el personal a su cargo no detuvo a Ismael Chávez. Al año siguiente, el alcaide de la Cárcel de Santiago comunicó que el afectado no se encontraba recluido en ese recinto.
El 19 de abril de 1976 el juez decretó el cierre del sumario y, dado que “no se encuentra plenamente justificada la comisión de delito”, sobreseyó temporalmente la causa. La Corte de Apelaciones confirmó el fallo el 21 de junio de 1976.
Posteriormente, el 24 de enero de 1980 se solicitó la reapertura del sumario ante el 2° Juzgado del Crimen, cuando en ese Tribunal estaba constituido el ministro Servando Jordán López, nombrado por la Corte de Apelaciones de Santiago precisamente para “investigar” los casos de detenidos desaparecidos de la Región Metropolitana.
El ministro resolvió reabrir el sumario en abril de 1980, decretó algunas diligencias, pero en julio de 1980 sobreseyó temporalmente la causa.
Junto a las acciones judiciales, su cónyuge, su madre y su cuñada, María Pilquil, realizaron un sinnúmero de gestiones para conocer la suerte de Ismael y saber dónde están sus restos. Sin ningún resultado, acudieron continuamente a centros de detención, al Instituto Médico Legal (Morgue), al Servicio Nacional de Detenidos (SENDET), al Ministerio de Defensa. Ismael Darío Chávez Lobos permanece desaparecido desde el 26 de julio de 1974, día que se lo llevó la DINA.
Por Ernesto Carmona.
Tomado de Mapocho Press
Santiago de Chile, 15 de agosto 2013
Crónica Digital