En un fin de semana, frío y en medio de una campaña muy ajetreada, porque el adversario es poderoso, tiene recursos, influencias, Maya Fernández, la principal candidata opositora, para disputar la alcaldía de la Municipalidad de Ñuñoa, se toma un respiro para conversar con la redacción de Crónica Digital.
Maya, háblame de lo que haces en tu vida cotidiana. Cuéntanos de un día cualquiera
Hablar de mi vida cotidiana, a estas alturas, es hablar de la dinámica de una candidata en campaña. No es fácil complementar la vida familiar con la vida política, tengo dos hijos, uno de 12 años que estudia en el Liceo Manuel de Salas y otra pequeña de dos años, hago lo posible para compatibilizar los tiempos personales con la actividad pública. Desde que decidimos ir a competir por la alcaldía de Ñuñoa, las reuniones con vecinos, agrupaciones y organizaciones de todo tipo no han parado. Ñuñoa es una comuna donde existen muchos grupos organizados y que en los últimos años se sintieron cada vez más alejados de las decisiones políticas, que tienen directa relación con sus vidas, gran parte de mi tiempo lo he dedicado a escuchar a la gente y a tomar nota de sus preocupaciones y sus demandas.
¿Cómo surge la idea de ser candidata a Alcaldesa de Ñuñoa? ¿Qué experiencias respaldan esta decisión?
La idea surge luego de haber estado un período completo como concejala de la comuna. Haber ejercido como concejala fue fundamental, desde dentro fui testigo de un estilo de hacer política que no me representa y poco a poco se fueron sumando apoyos de distintos sectores que tienen la misma mirada negativa hacia el estilo del actual edil. En Ñuñoa hay una gran fuerza colectiva que quiere ganar esta elección en función de revivir el espíritu comunitario de Ñuñooa, de revivir el estilo de vida de barrio, a escala humana, queremos una comuna donde todas y todos sean escuchados y ese es el gran desafío que hemos asumido.
Por otro lado y más allá de mi experiencia en la comuna como concejal, como Bióloga y Veterinaria me he desempeñado siempre en el sector público, he trabajo durante muchos años en la cancillería, conozco la gestión y la implementación de políticas públicas y este es el momento de plasmar esa experiencia como alcaldesa de Ñuñoa.
¿Cuál es el impacto que genera tu candidatura, al saber la gente que eres nieta de Salvador Allende?
Esta campaña me ha servido para constatar lo que las encuestas de opinión dicen sobre la figura de Salvador Allende. La imagen de mi abuelo está más presente que nunca. En un momento político poco favorable para la política misma, el legado de Allende sigue siendo una reserva moral, que se ha mantenido inalterable con el paso del tiempo. Allende representa para mí muchos valores, pero principalmente significa consecuencia y lealtad con las demandas de la gente.
Es emocionante ver, como en las casas de la comuna, fotos de Allende adornan las paredes y sentir la emoción de la gente al reconocer en mí una especie de heredera de mi abuelo. Eso es un sentimiento muy íntimo que he compartido con mi familia y que pese a todo lo que nos ha tocado vivir nos deja muy contentos a todos.
¿Cuál es la evaluación que realizas de la gestión del actual Alcalde de la comuna?
Quiero ser muy clara y contundente en definir la actual gestión del alcalde Sabat, ésta ha sido una gestión marcada por el autoritarismo, por los prejuicios, por la exclusión y ninguneo hacia las demandas de la gente. Sabat se siente el dueño de la comuna, un verdadero patrón de fundo que hace y deshace a su antojo. Se siente con las atribuciones de denigrar a la juventud. La lista de exabruptos durante su gestión es amplia y francamente vergonzosa, tal vez, sea esa la razón de su ausencia del espacio público en los últimos meses, pocas veces lo hemos escuchado hablar, posiblemente tratando de pasar inadvertido en esta elección, luego del festival de insultos que protagonizó contra las alumnas del internado número 1 de Ñuñoa. La comuna de Ñuñoa no sólo necesita alguien que conozca de administración, Ñuñoa necesita hoy que las verdaderas prioridades vuelvan a su lugar y se recuperen las mejores características de la comuna, que con Sabat, definitivamente, se han ido perdiendo.
¿Qué elementos caracterizarían tu gestión si fueras elegida alcaldesa?
Mi promesa y la línea maestra de nuestro programa de gobierno es la participación, nunca más se deben tomar las decisiones entre cuatros paredes, la realidad actual nos exige estar conectados con las demandas de la gente y generar las instancias y espacios necesarios para que estas demandas sean escuchadas y acogidas. Si algo nos han enseñado los movimientos sociales y particularmente los estudiantes es que debemos instalar en la primera línea de las prioridades aquellos temas que significan la posibilidad de establecer condiciones de mayor igualdad para los y las ciudadanas de nuestro país. Es por eso que mi compromiso con la educación es total, mientras la administración de la educación pública dependa de los municipios en Ñuñoa no se cerrará ningún liceo y se tomarán todas las medidas para potenciar los establecimientos ya existentes.
Yo elegí, como tantas otras personas, vivir en esta comuna, porque es un estilo de vida que me represente. Lamentablemente ese estilo cercano y de vida de barrio se ha ido perdiendo, pues bien, ese será uno de los mayores esfuerzos de mi gestión, mantener y proteger las mejores características de la comuna.
Para quien no vive en la comuna, puede tender a pensar que Ñuñoa es eminentemente una comuna de clase media, si bien las cifras así lo dicen, en Ñuñoa hay sectores que no se han desarrollado a la par de las buenas cifras de la comuna. En Ñuñoa hay pobreza y todos los problemas que derivan de ella: hacinamiento, allegados, delincuencia, narcotráfico. Mi compromiso, es primero que todo, preocuparse de los más necesitados y atacar con fuerza esos problemas sociales.
¿Cuáles son los problemas o desencantos principales de la gente de la comuna que has podido descubrir?
La gente exige mayor participación. Desde el 2011 Ñuñoa se ha convertido en uno de los epicentros de las demandas ciudadanas. Recordemos cómo, desde el movimiento estudiantil del 2011, hasta ahora, periódicamente vecinos y vecinas de Ñuñoa han instalado el caceroleo de la plaza Ñuñoa como una forma de hacer presentes sus demandas. Esas demandas la he podido escuchar en detalle en las casas y en las reuniones con los vecinos. La mayoría siente que el municipio se convirtió en una especie de bastión infranqueable para las verdaderas problemáticas de la gente, así en Ñuñoa se han ido erigiendo edificios a diestra y siniestra, se han aislado las casas en función de un crecimiento inmobiliario desatado, que ha carecido de la debida discusión pública, del mismo modo ven como los recursos comunales se han destinado más hacia acciones comunicacionales que hacia políticas públicas efectivas. Los vecinos tienen claras cuales son las prioridades y es mi deber acogerlas y buscar soluciones para resolverlas.
¿Qué le dirías a un joven indeciso sobre si participar o no en las elecciones municipales?
Mi respuesta a esta pregunta será breve. No basta con indignarse, tenemos que ejercer nuestro derecho y votar por un cambio, mi compromiso es con la gente, con las y los Ñuñoinos. Ñuñoa se merece un cambio, Ñuñoa puede convertirse en un referente de gestión participativa, de desarrollo sustentable, donde en primer lugar este la persona y no los intereses del mercado.
El café se enfría y las gotas de lluvia se tornan más amenazantes, la agenda cargada de la candidata nos invita a terminar la entrevista, en pocos días sabremos, si los habitantes de Ñuñoa, desean un cambio o apuestan por lo mismo.
Santiago de Chile, martes 9 de octubre 2012
Crónica Digital