La llegada a esta capital del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, para reunirse con las autoridades sirias abre hoy interrogantes sobre que propuestas trae para reactivar su iniciativa de solución política en el país.
Annan arribó a Damasco este domingo y se espera que este lunes se reúna con el presidente sirio, Bashar al-Assad, durante una visita relámpago por menos de 24 horas, la tercera desde que aceptó su designación como mediador para resolver la crisis que sacude a este país desde hace más de 16 meses.
Este contacto ocurre tras los encuentros realizados en Ginebra, Suiza, por algunas de las partes en el contencioso sirio, el 30 de junio, y luego de la reunión de los llamados Amigos de Siria, el 2 de julio, en París,
Francia, donde los resultados mostraron pocos avances para detener la violencia en esta nación del Levante.
Asimismo esta visita se concreta después de declaraciones a algunos medios, incluidas las del fin de semana último al diario francés Le Monde, en las que el propio Annan calificó de fracaso los esfuerzos de la comunidad internacional para encontrar una solución política a la creciente violencia en este país.
En sus palabras, el exsecretario general de la ONU señaló que los países que apoyan a actores militares en el conflicto estaban empeorando la situación, en evidente referencia a la ayuda en armas, inteligencia y logística que presta Estados Unidos, otros países occidentales y las monarquías del golfo Pérsico a las bandas armadas.
El exdiplomático ghanés señaló entonces que se sabe poco y se habla poco de otros países que envían armas y dinero, pese a la situación en el terreno, luego de ser cuestionado sobre el papel de Rusia e Irán en el conflicto.
Todos esos países dicen que quieren una solución pacífica, pero ellos tienen iniciativas individuales y colectivas, las cuales atentan contra el sentido mismo de las resoluciones del Consejo de Seguridad, puntualizó en clara referencia a países occidentales y árabes que apoyan a los grupos armados.
Precisó que si la situación mejora en Siria y cesa la violencia, los observadores estarán listos para reanudar su trabajo, suspendido aquí desde el pasado 15 de junio por el auge de los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y bandas armadas.
En París, los países occidentales insistieron en su libreto de condicionar todo arreglo a la salida del gobierno del presidente constitucional Bashar al-Assad, algo así como un golpe de Estado con ribetes internacionales.
La situación es tan compleja que la búsqueda de una solución pacífica y política es algo quimérico, según el funcionario internacional. Tal apreciación se refuerza más con declaraciones de altos funcionarios occidentales, como la de la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton.
Clinton insiste en que los días de al-Assad están contados y debe irse para solucionar la crisis, a la vez que encabeza amenazantes ataques contra Rusia y China por su negativa a apoyar la injerencia externa.
Para Annan, en lo aprobado en Ginebra para dar continuidad a su moribunda iniciativa de seis puntos, que tiene como centro detener la violencia armada, no se incluyó un calendario en el plan porque “queríamos subrayar que el proceso debe ser dirigido por los propios sirios”.
Por otra parte, la visita también aflora a pocos días de declaraciones del presidente al-Assad al diario turco Cumhuriyet en la cual insiste en que es el pueblo sirio el que determina su futuro.
El gobernante señaló que “no aceptamos nada que se nos imponga desde el exterior”.
Sobre su salida del poder, acentuó que “uno no debe quedarse un solo día en el poder si el pueblo no lo quiere y las elecciones, puntualizó, son las que demuestran si el pueblo te quiere o no”.
Con respecto a la posición rusa, cabe destacar que Moscú reitera continuamente que no apoya a ninguna de las partes en el conflicto y que la solución del mismo debe ser sobre una base política y real.
El entorno a la visita de Annan se completa con maniobras que realizan fuerzas navales, terrestres y aéreas sirias en la región del Mediterráneo oriental, lo cual es visto como demostración de Damasco de que se preparan para enfrentar cualquier intervención militar occidental para solucionar la crisis.
Ese es el panorama que imperará durante la breve estancia de Annan en Damasco y lo que traiga bajo la manga o acuerde aquí para revivir su iniciativa, no irá más allá de las posiciones del gobierno de entablar un diálogo nacional, en el cual las decisiones deben ser tomadas por los sirios sin la imposición de recetas externas.
Por Luis Beaton
La Habana, 9 de julio 2012
Prensa Latina