Los bombardeos siguieron a un enfrentamiento entre tropas dirigidas por el Pentágono y rebeldes afganos en el distrito Bati Kot en la provincia sureña de Nangarhar, donde se produjeron las cuatro víctimas civiles.
Poco después las aeronaves de guerra norteamericanas atacaron el distrito de Gilan, en la sureña provincia de Ghazni, donde perecieron 15 supuestos insurgentes, según Alishah Alizai, jefe de la policía del área.
Un comunicado del mando de Estados Unidos reportó también que otros combates se registraron en el distrito Tarin Kowt, en la provincia sureña de Oruzgan.
Igualmente, violentos enfrentamientos tuvieron lugar durante tres días en el distrito de Gulistán, en la provincia de Farah, con saldo de 14 policías afganos muertos. Además los presuntos rebeldes capturaron nueve militares, entre soldados y policías afganos.
De acuerdo con el jefe de la administración del distrito de Dilaram, Yahyah Reyaz, durante la batalla al menos 50 supuestos insurgentes perdieron la vida.
Mientras, tropas afganas y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), dirigida por la OTAN, comenzaron una nueva operación para combatir a los rebeldes en la provincia central afgana de Ghazni.
Esa, en la que intervienen policías y soldados afganos, así como personal de la ISAF, se desarrolla en el distrito de Qarabagh, supuesto bastión de la insurgencia en esa provincia de Ghazni, según el diario en inglés Outlook Afghanistán.
La actual operación en Qarabah, donde los secuestros y la violencia se incrementaron se une a otras similares realizadas por las tropas afganas y de la ISAF en los últimos tres meses.
Más de cinco mil 200 personas, en su mayoría civiles, murieron desde enero último a consecuencia de la violencia en esta nación islámica centroasiática.
Kabul, 1 de noviembre 2007
Prensa Latina , 0, 42, 2