Este término ha sido utilizado por los españoles para denominar los asesinatos cometidos contra las mujeres, a manos de sus parejas o ex parejas. O bien, por hombres que tienen algún tipo de resentimiento contra el sexo femenino.
Hay grupos que se forman exclusivamente para rechazar a la mujer. Un caso concreto son las llamadas pandillas Maras. En Centro América, específicamente en Nicaragua, muere una mujer cada 16 horas y más de quinientas al año.
En ese país, la investigación de los asesinatos carece de seriedad y prolijidad, por una serie de tontos prejuicios en desmedro de las mujeres. En Nicaragua, existe un notorio descuido en el manejo del sitio del suceso, siendo inexistente, lo que en Chile llamamos cadena de custodia, y que consiste en resguardar por completo el sitio del suceso, conservando meticulosamente la evidencia, para que llegue a manos del fiscal, sin ninguna alteración.
Si volvemos al ejemplo de Nicaragua, al no haber cadena de custodia, la prueba real se pierde, pues al ser manipulada con tanta negligencia, se ve completamente alterada y contaminada, mezclándose las huellas dejadas por el asesino, con las huellas dejadas por el funcionario policial que manipuló desde un principio la evidencia.
En ese país, la investigación de los asesinatos carece de seriedad y prolijidad, por una serie de tontos prejuicios en desmedro de las mujeres. En Nicaragua, existe un notorio descuido en el manejo del sitio del suceso, siendo inexistente, lo que en Chile llamamos cadena de custodia, y que consiste en resguardar por completo el sitio del suceso, conservando meticulosamente la evidencia, para que llegue a manos del fiscal, sin ninguna alteración.
Si volvemos al ejemplo de Nicaragua, al no haber cadena de custodia, la prueba real se pierde, pues al ser manipulada con tanta negligencia, se ve completamente alterada y contaminada, mezclándose las huellas dejadas por el asesino, con las huellas dejadas por el funcionario policial que manipuló desde un principio la evidencia.
En Chile, la situación no es menos preocupante, puesto que por femicidio muere una mujer por semana, cuatro al mes y cuarenta y ocho al año. La gran mayoría de los casos tiene su origen en situaciones de violencia intra familiar. Por ello, debemos estar alertas y denunciar si sabemos o tenemos conocimiento de este tipo de situaciones que, en algunos casos quedan impunes.
Es importante decir que en nuestro país con el femicidio se está transgrediendo el derecho a la vida consagrado en el artículo 19 de nuestra Constitución, y su artículo 1 en donde se señala, que hombres y mujeres nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Esto hace que los delitos que atentan contra el sexo o la condición humana tengan el carácter de abominables para el género humano, porque además de estar el bien jurídico de la vida protegido por la Constitución, lo está por innumerables tratados internacionales vigentes y ratificados por Chile a lo largo de los años.
Por: Carmen Gloria Solís, abogada de la Universidad Central
Santiago de Chile, 5 de septiembre 23007
Crónica Digital , 0, 403, 8