El secretario general del partido Acción Democrática, Henry Ramos Allup, sugirió analizar esa opción ya aplicada en las elecciones parlamentarias de 2005, táctica que vetó la presencia de opositores en el órgano legislativo.
En entrevista con el canal privado Globovisión Ramos opinó que en caso de no tener seguridad de un triunfo opositor en el previsto referendo, habría que buscar la unificación de las fuerzas contrarias a Chávez para boicotear la convocatoria.
El presidente venezolano anunció una reforma constitucional para garantizar las bases del socialismo en el país suramericano, con mayor peso para el Poder Popular, una nueva distribución político administrativa y fortalecimiento de la propiedad social.
Frente a los críticos, Chávez ha reiterado que la propuesta deberá ser aprobada por el pueblo, mediante un referendo nacional, que decidirá si la población apoya los cambios.
La sugerencia de Ramos parece confirmar criterios de observadores y encuestas que apuntan la existencia de un criterio mayoritario a favor de la reforma constitucional y un retroceso de las posiciones opositoras.
Ayer el vicepresidente del país, Jorge Rodríguez, opinó que la oposición llamará a la abstención porque “cada vez cuentan con menos reconocimiento del pueblo de Venezuela y entonces recurren a darle una patada a la mesa, a dar un golpe de Estado”.
Según su criterio, una de las tragedias que vive el sector político nacional es que la oposición “abandona con muchísima rapidez la supuesta vocación democrática que tenían”.
De acuerdo con su criterio, tal como antes los partidos opositores en el poder promovieron persecuciones, asesinatos, torturas y desapariciones “ahora abandonan la fachada democrática y recurren la estrategia golpista”.
Por Miguel Lozano.
Caracas, 14 de agosto 2007
Prensa Latina , 0, 31, 11