Estos resultados se apoyan en profundos análisis genéticos y anatómicos, de que se creía eran las reliquias de la heroína francesa quemada en la hoguera por los ingleses en 1431.
«Nunca pensé que los restos podrían provenir de una momia», expresó sorprendido el médico forense Philippe Charlier, jefe de la investigación, que involucró a especialistas de varios países europeos.
Un hueso de costilla, un trozo de tela, y un fémur de un gato, de la misma época de la momia se encontraban en el arzobispado de Tours, y en el 2006, Charlier recibió el permiso para comenzar los análisis.
El científico empleó un espectrómetro infrarrojo, un microscopio electrónico y también realizó un análisis de polen y exámenes con carbono 14.
Para los investigadores resultó sorprendente, que las falsos restos de la doncella de Orleáns tuvieran olor a vainilla, condimento que empleaban los embalsamadores durante el proceso de momificación.
Charlier explicó que durante el medioevo y en épocas posteriores se molían momias para fabricar medicamentos, y que la falsificación de los restos se produjo durante el siglo XIX para propiciar su canonización, que ocurrió en 1920.
Londres, 5 de abril 2007
Prensa Latina , 0, 31, 19