La misión fue encabezada por el republicano Jeff Flake y el democráta William Delahunt y la integraron también Jo Ann Emerson, Jerry Moran, Mike Conaway, Jim McGovern, Jane Herman, Hilda Solìs, Grez Mecks y Lincoln Davis.
En una declaración suscrita por todos, los congresistas afirmaron es hora de que Estados Unidos dialogue con Cuba y responda, de manera positiva, a los planteamientos hechos por el primer vicepresidente cubano, Raúl Castro, en su discurso del pasado 2 de diciembre.
Aunque plantearon que una negociación puede ser compleja, llamaron a comprender no se alcanzará resultado alguno sin emprender esfuerzos mediante la diplomacia normal.
Deberíamos de entrar en consultas regulares sobre asuntos migratorios, tanto para proteger nuestra seguridad nacional como para salvar vidas y averiguar si hay algo más por hacer para luchar contra el narcotráfico, recalcaron.
Los legisladores se pronunciaron por dialogar sobre cuestiones relacionadas con la exploración petrolera y en relación a elementos que se encuentren en los dos países eludiendo la justicia correspondiente.
Hay otras áreas de oportunidades (para entendimiento) que sólo pueden conocerse si comenzamos a hablar con Cuba, puntualizaron, y agradecieron la cortesía con la cual fueron atendidos por la parte cubana durante su visita de tres días.
Seguidamente y en respuesta a la prensa, Delahuet afirmó que la visita del grupo subrayó la importancia de un cambio en la posición de Washington hacia la nación antillana, lo cual considera apoyado por la mayoría de los estadounidenses.
Creemos que este es el momento para empezar a dialogar y acabar con una política fracasada durante más de 50 años, pues se habla en Estados Unidos mucho de transición en Cuba, pero allá ocurrirá una transición en enero con el control demócrata del Congreso, dijo.
Tras señalar que no tienen base moral las restricciones a los viajes familiares y al envío de remesas a sus familiares en Cuba por los cubanos residentes en Estados Unidos, resaltó la intención de un nuevo viaje para continuar sus gestiones.
Por su parte, McGovern aseguró tender su mano a los cubanos con espíritu de amistad y fuertes esperanzas de un cambio de su gobierno para mejorar las relaciones bilaterales.
Respeto la soberanía de Cuba, creo que los cubanos deben forjar su futuro sin interferencia de Estados Unidos, planteó.
Más adelante pidió el fin del bloqueo norteamericano a la Isla y de las restricciones para los visados y visitas familiares.
Emerson abogó por un incremento de los vínculos comerciales en las dos direcciones y recordó que Cuba ya gastó más de dos mil millones de dólares en la compra de productos agrícolas estadounidenses, convirtiéndose así en el socio comercial número 23 de la Unión.
Solís habló, igualmente, a favor del cese de prohibiciones a los cubanos que viven en territorio norteamericano y desean viajar a su lugar de origen y recomendó la adopción de principios morales por parte de Washington en ese sentido.
Finalmente, Hartman manifestó que los dos pueblos tienen mucho en común e hizo un llamado para conversaciones abiertas entre los dos gobiernos.
Durante su estancia en Cuba, la delegación se entrevistó con Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento, el canciller Felipe Pérez Roque, y Fernando Remírez de Estenoz, secretario de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista cubano.
Igualmente, sostuvieron conversaciones con Francisco Soberón, presidente del Banco Central, Yadira García, ministra de la Industria Básica y Pedro Alvarez, director de la empresa Alimport, encargada de importaciones de productos alimenticios.
La Habana, 18 de diciembre 2006
Prensa Latina , 0, 69, 7