En el tercer día de paro, que afecta poco más del 70 por ciento del servicio hospitalario en todo el país, los dirigentes gremiales llamaron al gobierno a “no minimizar” los efectos causados por la movilización, iniciada el viernes pasado.
Roberto Alarcón, presidente de la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud (Confenats), instó al subsecretario de Redes Asistenciales, Ricardo Fábrega, a enfrentar el conflicto con la responsabilidad que requiere el momento.
“Estamos tratando de aguantar, porque hacerlo (mantener los turnos de urgencia en los hospitales públicos) sería una situación bastante peligrosa, pero si el subsecretario sigue con discursos como que aquí no pasa nada, la gente tener que hacerlo”, advirtió.
La protesta, también convocada por la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, ha causado la suspensión de más de 400 cirugías, el traslado de pacientes a clínicas privadas y problemas en la distribución de alimentos.
Los dos principales gremios del sector acusan al gobierno de desconocer los acuerdos alcanzados en negociaciones celebradas la semana pasada en torno a los aumentos salariales que los trabajadores reclaman desde el gobierno del ex presidente Ricardo Lagos.
El Ministerio de Salud admite dificultades serias en cinco de las 13 regiones del país y en 18 de los 56 hospitales públicos.
En Santiago, las situaciones más críticas ocurren en la Posta Central y en los hospitales Barros Luco, San José -donde se paralizó en la mañana el servicio de urgencia- y Roberto del Río.
Fábrega negó tajantemente que la adhesión nacional a estas movilizaciones sea del 50 por ciento y que los problemas de atención en las urgencias de los hospitales estén asociadas al paro.
El funcionario llamó a los dirigentes a aclarar sus dudas respecto a la última propuesta del Gobierno “porque cuando la vean, entenderán que es muy buena y depondrán el paro”.
Frente a la amenazas de la Confenats de paralizar las urgencias si no son escuchados, Fábrega señaló que “no creo que sea el momento para que lo hagan” y advirtió que de hacerlo, “tendrán que someterse a las consecuencias”.
Por su parte, Alarcón aseguró que mientras persista la negativa del gobierno a instalar una nueva mesa de conversaciones, su evaluación indica que se llegará a un paro nacional a partir del lunes.
Mientras la huelga continúa, los trabadores indicaron que solo hasta ayer domingo atendían a diabéticos, hipertensos, asmáticos y personas con riesgo vital. En tanto, la autoridad aseguró que se seguirán aplicando planes de contingencia para recibir a los pacientes.
Santiago de Chile, 11 de septiembre 2006
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