Los expertos precisan que cuando los hombres duermen con una pareja, su descanso se afecta, independientemente de si tienen sexo o no, ya que sufren de trastornos del sueño que afectan su habilidad mental al día siguiente.
La investigación, publicada en la revista científica New Scientist, añade que la falta de sueño también incrementa las cantidades de hormonas de estrés en los hombres.
En camio, las mujeres que comparten su cama con alguien más, no padecen el trastorno con igual intensidad, ya que generalmente su sueño es más profundo.
Gerhard Kloesch y sus colegas, profesores de la Universidad de Viena, analizaron datos de ocho parejas no casadas y sin hijos, con edades entre los 20 y los 30 años.
Las parejas durmieron 10 noches juntas y 10 noches separadas, tiempo en el que los especialistas estudiaron su descanso mediante cuestionarios y mediciones de sus reflejos a través de sensores corporales.
Los científicos no son absolutos y aconsejan a quienes se sienten bien durmiendo en compañía seguir haciéndolo, pero al que no, la opción de camas separadas no debe ser motivo de complejos o desavencias.
Tanto hombres como mujeres, aun con diferencias de intensidad, mostraron un sueño menos reparador mientras durmieron acompañados, en tanto las féminas recordaron mejor sus sueños después de dormir solas y los hombres, después de haber tenido relaciones sexuales.
Un especialista en sueño de la Universidad de Surrey, en el Reino Unido, opinó que no sorprende que las personas se vean afectadas por dormir juntas, pues históricamente el ser humano no está destinado a dormir con otros, eso es algo extraño.
De acuerdo con el experto, dormir es una de las necesidades más egoístas del ser humano, pues no es nada agradable hacerlo con alguien que emite extraños ruidos y con el que debe competir para usar la cobija.
Londres, 24 de julio 2006
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