Tenemos que estar integrados al mundo, pero no de cualquier manera, se necesita que sea una integración equitativa para las partes, no queremos una integración que genere mayor dependencia, sostuvo el mandatario al inaugurar la XXX Cumbre del MERCOSUR.
En su calidad de presidente temporal del bloque subregional, cargo que traspasará este viernes en Córdoba a su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, Kirchner abrió las sesiones de alto nivel de la magna cita del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Sobre los logros durante el primer semestre de 2006 por la unión aduanera del Cono Sur, el estadista mencionó la claridad de rumbos estratégicos y una mayor conciencia en los problemas de pobreza y desigualdad de la subregión.
Saludó el ingreso de Venezuela como quinto socio pleno del MERCOSUR, el principal mecanismo político-económico sudamericano fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, e hizo votos porque otras naciones se sumen a esta asociación.
El anfitrión de la Cumbre, a la cual asisten, además, los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Chile, Michelle Bachelet (miembros asociados al bloque), fustigó a quienes interpretan un fracaso del MERCOSUR en ciertas diferencias de coyuntura.
Las tensiones y las divergencias son resultado de tener que atender todos los puntos de vista, enfatizó, tras pronunciarse por una solución definitiva de las asimetrías que aquejan al mayor espacio comercial del subcontinente.
Todo acuerdo de integración debe generar salvaguardas para los que sufren retrasos relativos, apuntó, en obvia alusión a las desigualdades en el intercambio dentro del MERCOSUR, en particular las planteadas por Paraguay y Uruguay, los socios menores.
Llamó a sus pares a convertir esta alianza en un actor con capacidad de influencia en el mundo, un interlocutor en el orden internacional “que nos garantice una integración en condiciones dignas y equitativas”.
El espacio sudamericano tiene identidad propia y desde ella nos insertamos al resto del planeta, remarcó al indicar que se equivocan quienes ven a la globalización como un proceso homogenizador.
Por el contrario, advirtió, una estrategia de esas características llevará indefectiblemente al fracaso.
En otro tramo de su alocución, Kirchner aseveró que el proyecto del Gran Gasoducto del Sur y la creación de un Banco de Desarrollo regional constituyen una sólida plataforma para la integración no sólo energética, sino política y social de los pueblos.
Hizo una ferviente exhortación a evitar que las diferencias entorpezcan la unidad de América Latina.
El MERCOSUR está cambiando, surgen nuevas necesidades y problemas, pero debemos combinar persistencia y trabajo diario con la claridad de un rumbo estratégico, concluyó.
Códoba, Argentina, 21 de julio 2006
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