El Partido Izquierda Cristiana (IC) expresó hoy a Crónica Digital su rechazo a la situación que está afectando a la población santiaguina por el efecto de la aplicación del plan de transporte público llamado Transantiago.
La experiencia nos muestra que la aplicación de políticas neoliberales, que tienen como objetivo la mercantilización de los servicios públicos, deterioran dramáticamente la calidad de vida de las personas. Esto unido a la negligencia e ineptitud de las autoridades de gobierno para resguardar los derechos de los sectores más vulnerables de la sociedad provoca situaciones como las que estamos viviendo hoy con el transporte público en Santiago, denunció Iván Cabezas, miembro de la Comisión Política de la IC.
El líder de izquierda sostuvo que los gobiernos de la Concertación han mostrado el fracaso de las políticas respecto del transporte público, eso es evidente y de larga data. Sólo los gobernantes parecieran no darse cuenta. Insistimos en que la raíz de estos fracasos está en la concepción mercantilista de enfrentar un problema social que se debe solucionar teniendo como valor fundamental el bien común.
Cabezas, recordó que la segregación social llevada a cabo por la Dictadura Militar (1973-90), al sacar a los pobres de los barrios acomodados y trasladarlos a los márgenes de la ciudad, profundizó sin control la extensión de Santiago hasta extremos que hacen insostenibles modelos de transporte público que reporten tasas de ganancias como las que las empresas demandan para dar servicios adecuados. Un ejemplo de ello es el largo tiempo que hacen transcurrir entre cada microbus que circula. Una mayor periodicidad disminuye la ganancia de la empresa.
Por último, el dirigente cristiano dijo que el transporte público en Santiago requiere de una transformación total. Nuestra propuesta es que el estado asuma la responsabilidad y gestión de un sistema de transporte público estatal que asegura plenamente el derecho de los ciudadanos a movilizarse por la ciudad en tiempos razonables.
En la víspera, el secretario general de Renovación Nacional (RN), Cristián Monckeberg, calificó al ex gobernante chileno de “marquetero” y de haber inaugurado numerosas obras sin terminar en los días finales de su mandato para dar una falsa apariencia.
“Su campaña fue complementada fuertemente por una intervención electoral desusada en la historia chilena y acompañada por la presentación de una gestión de gobierno que fue al final una torta de merengue: mucha apariencia pero nada de consistencia”, apuntó.
Monckeberg advirtió que la oposición “fue debilucha” en su labor de fiscalización del anterior gobierno, pero no cometerá el mismo error en lo adelante. “Queremos tener a partir de ahora una importante labor en materia de fiscalización”, apuntó.
El ministro secretario general de Gobierno, Ricardo Lagos Weber (hijo del ex mandatario), afirmó que obras de gran envergadura no se pueden aplicar en una sola gestión e instó a la oposición a no tratar de obtener beneficios políticos de estos retrasos.
“Hay medidas que transcienden de una administración a otra y que son de una envergadura total que requieren ir implementándose a diferentes ritmos. Creo que no hay que sacar conclusiones anticipadas y menos provecho político de estas situaciones”, señaló.
Santiago de Chile, 6 de Mayo 2006
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