Es un tema judicial, y los temas judiciales tienen tratamientos judiciales. En consecuencia, los problemas judiciales no van a afectar lo que son las relaciones del país, ni la percepción, afirmó el presidente Ricardo Lagos al descartar una crisis con Estados Unidos.
El escándalo generado por la mayor de las hijas del ex dictador chileno fue objeto de un análisis del comité político de La Moneda luego de recibir informes desde Washington en que aconsejan “dejar una puerta abierta” para salvar la cara en caso que ese país conceda el asilo.
En sus primeras declaraciones, luego de la sorpresa y enojo inicial tras conocerse la fuga, Lagos aseveró que el escándalo constituye una vergüenza y perjudicaba la imagen país porque ponía en dudas en el exterior el estado de derecho en la democracia chilena.
Con igual tono salieron los influyentes ministros del Exterior, Ignacio Walker, y del Interior, Francisco Vidal, quienes expresaron su seguridad de que la petición de asilo sería rechazada en breve tiempo porque en Chile no había persecución política.
En este escenario un eventual fallo contrario de las autoridades norteamericanas podría ser visto como una demostración de que Estados Unidos no reconoce la autenticidad de la democracia y el estado de derecho que proclama el gobierno chileno.
En La Moneda se recordó el caso de la periodista Alejandra Matus, quien en 1999 -en plena democracia- obtuvo asilo político en Estados Unidos por una orden de captura en su contra a raíz de una querella por infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado.
Citando fuentes gubernamentales, medios locales subrayan hoy que tras recibir informes de asesores especializados en temas jurídicos de Estados Unidos, el Gobierno admitió como un error haber dado por sentada la inviabilidad de que Estados Unidos conceda el asilo.
Las evaluaciones de los especialistas, incluyendo las de su propia misión diplomática en Washington, no están muy seguros de la posición que adoptará el gobierno de ese país o el tiempo que podría durar un fallo definitivo en los tribunales estadounidenses.
En este cambio habría influido también declaraciones formuladas ayer por líderes de la derecha, que acusan al gobierno de “doble estándar” al recordar que antes negó problemas tributarios de varios funcionarios que recibieron pagos de sobresueldos en el Ministerio de Obras Públicas.
Este caso, uno de los más emblemáticos procesos por corrupción desde 1990, involucró al presidente Lagos cuando fue jefe de esa cartera y luego porque parte de los pagos por este concepto se afirman fueron utilizados para financiar su campaña electoral.
El mandatario rechazó ayer los cargos, y afirmó que decir que existe persecución política es “un juicio fuerte respecto de la judicatura chilena”, pero en todo caso fue cauto para evitar que el tema sea politizado por la oposición.
Mientras tanto, versiones de prensa procedentes de la capital norteamericana afirman que Lucía Pinochet fue trasladada esta mañana a la Corte de Inmigración de Arlington, en el condado de Washington DC, donde deberá comenzar a argumentar los motivos para pedir asilo.
El escándalo, en todo caso, le ha aguado la fiesta de despedida de Lagos como Presidente de Chile a menos de dos meses de concluir su mandato y cuando estaba abocado a un agitado plan de actividades de alto perfil mediático para realzar su figura.
El tema , que sigue ocupando los principales espacio noticiosos en los medios locales, le ha robado protagonismo, al extremo que la bullada visita efectuada por el presidente mexicano, Vicente Fox, apenas tuvo repercusión en la prensa local.
Tampoco la inauguración anoche, con la presencia del gobernante azteca, de lo que es considerada una de sus obras más emblemática: el Centro Cultural del Palacio de La Moneda, una extensa sala ubicada bajo los jardines del palacio de Gobierno.
Santiago de Chile, 27 de enero 2006
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