Con la sola excepción de la extrema derecha, que a última hora se marginó de la delegación oficial que encabeza el presidente Ricardo Lagos, todos los demás sectores políticos estarán representados en La Paz.
Lagos será el primer presidente chileno que asista a una transmisión de mando en el vecino país, un acontecimiento calificado por el futuro gobernante altiplánico de histórico, dado el agudo conflicto que enfrentan ambas naciones desde finales del siglo XIX.
Morales declaró la víspera que la visita ayudará al diálogo sobre temas de interés común, entre ellos cómo reparar el pasado, en alusión a la histórica demanda boliviana de una salida soberana al mar como reparación histórica por la conquista chilena de sus costas.
Lagos llegará el domingo a La Paz, al frente de una nutrida delegación que estará integrada por el canciller interino Cristian Barros, y los líderes del Senado (s), Jaime Gazmuri, y de la Cámara de Diputados, Gabriel Ascencio.
Viajarán también los senadores Fernando Flores y Sergio Páez, los diputados Alejandro Navarro y Fidel Espinosa, el subsecretario de Planificación y presidente del Fondo Indígena de América Latina y el Caribe, Jaime Andrade.
La delegación oficial la completa el enviado especial de la presidenta electa, Michelle Bachelet, quien no pudo asistir por estar muy ocupada en la conformación de su primer gabinete ministerial, según explicó ella misma a la prensa.
PARTIDO COMUNISTA E INDÍGENAS CHILENOS EN BOLIVIA
Paralelamente viajó una nutrida representación del Partido Comunista (PC) chileno, encabezada por su secretario general, Lautaro Carmona, e integrada por medio centenar de personas, entre ellos miembros del Comité Central y representantes indígenas.
También viajó hoy, desafiando una orden de arraigo de la justicia chilena, el jefe del mapuche Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcamán, quien tenía prohibido salir del país por participar una protesta contra una ley gubernamental sobre pueblos originarios.
El líder indígena, candidato presidencial en los pasados comicios, fue acompañado por decenas de dirigentes aimaras y mapuches, especialmente invitados por el presidente electo, Evo Morales.
Otros dos invitados -aunque de una orientación política distinta- son el alcalde de Coquimbo, el democristiano Pedro Velásquez, y Esteban Silva, un miembro del Partido Socialista chileno que asesoró en Perú a Alejandro Toledo y que tiene amplios nexos en la clase política limeña.
La Alianza por Chile, coalición de la extrema derecha, se excusó de asistir, pese a que sus congresistas autorizaron el viaje de Lagos. “Nuestro país está debidamente representado en esta visita por la persona del Presidente de la República”, dijo ayer la agrupación en un comunicado.
La ausencia causó molestia en el gobierno. “Cada uno tiene que responder por las actitudes que asume cuando se trata de cuestiones que tienen que ver con todo el país, como el mejoramiento de las relaciones exteriores de Chile”, dijo el vocero de La Moneda, Osvaldo Puccio.
“Como movimiento indígena y popular comenzamos a hacer historia y la presencia del presidente Lagos es parte de esa historia, cómo reparar el pasado histórico, y así iremos avanzando, pero sin alarmar mucho”, afirmó la víspera Morales al referirse a Chile.
Tanto Lagos como Bachelet han resaltado positivamente la elección de Morales, con más del 54 por ciento de respaldo popular, y su significación política, tanto en el plano interno para Bolivia, como para las relaciones a nivel bilateral y regional.
“El presidente Morales ha sido elegido con una alta legitimidad. Tiene ahora una carga de responsabilidad muy grande. No es casualidad que prácticamente todos los mandatarios de América del Sur van a darse cita ese día en La Paz”, dijo el gobernante chileno al confirmar su visita.
Santiago de Chile, 20 de enero 2006
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