La ex ministra de Defensa emerge como favorita entre los dos candidatos que pretenden llegar a La Moneda tras la segunda vuelta de elecciones de este domingo.
Excluidas y oprimidas aún en muchas regiones del planeta, las mujeres continúan ganando espacios en el ambiente social y ahora se muestran entusiasmadas por la idea de cambiarle el rostro al frente político que las gobierna.
Bachelet se ha comprometido a acabar con la pobreza extrema y resolver los problemas de educación, de salud, de vivienda, de desempleo.
“Es fundamental generar empleo porque tiene que ver con el presente y el futuro. Pero el futuro lo vamos a construir adecuadamente si cerramos bien nuestro pasado”, dijo en alusión a la búsqueda de restos de detenidos desaparecidos de la dictadura.
También en Paraguay las mujeres se preparan mediante seminarios oficiales para sustituir a Nicanor Duarte en las justas de 2008.
En Colombia se habla de Cecilia López, economista, investigadora, ex ministra de Medio Ambiente y ex directora del Seguro Social y de Planeación Nacional, única mujer en la contienda por la Presidencia de la República.
Considerada la precandidata del Partido Liberal (pero sin el aval de esa organización hasta el 12 de marzo de 2006), podría no ser respaldada porque hasta ahora el hombre de ese partido para enfrentarse a Alvaro Uribe es Horacio Serpa.
Desde Argentina se escuchó con fuerza en las elecciones legislativas de octubre las potenciales posibilidades que tendría la primera dama, Cristina Fernández, de cara a las elecciones presidenciales de 2007, cuando Néstor Kirchner termine su mandato.
Sin embargo, y pese al triunfo alcanzado en la provincia de Buenos Aires como candidata a senadora, esa es una hipótesis prematura aún que dependerá -según analistas- del acuerdo marido-mujer, o dicho de otra manera, de la decisión de Kirchner.
Entretanto, un miniejército de féminas ejerce cargos de mucha responsabilidad no sólo en el Ejecutivo, también en el sector privado de la geografía latinoamericana.
Pero en la historia política contemporánea de Latinoamérica sólo cinco mujeres alcanzaron la máxima jerarquía de gobierno:
María Estela (Isabel) Martínez de Perón, en Argentina (1974-1976 Lydia Gueiler Tejada, en Bolivia (1979 Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), en Nicaragua; Ertha Pascal Trouillot, en Haití (1990 y Mireya Moscoso (1999-2004) en Panamá.
En la mayoría de los casos, estas elecciones fueron más bien resultado del capital político heredado de sus familiares que de su propia popularidad. Curiosamente, casi todas tuvieron esposos gobernantes.
Y esto quizás tenga que ver con el resultado de su labor en la primera magistratura: unas se convirtieron en instrumento de transformación social, y otras, como la Moscoso, culminaron su mandato bajo un manto de sospechas de corrupción.
Desde que entregó el poder a Martin Torrijos el 31 de agosto de 2004, la ex mandataria se dedica a sus actividades privadas y a administrar una de las principales fincas cafetaleras de la provincia de Chiriquí.
Cuba y Venezuela lamentaron el arbitrario indulto que hiciera al connotado terrorista de origen cubano radicado en Estados Unidos Luis Posada Carriles y sus cómplices.
Otros países, como México, están en desventaja. Aunque hace más de 50 años aprobaron el voto femenino, está prohibida la candidatura a la presidencia.
Los hechos demuestran que más mujeres en el gobierno equivale a mejores políticas públicas para las féminas.
Por lo general, tras su llegada al poder, se tipifica la violencia intrafamiliar como delito, el apoyo a madres jefas de familia, y la seguridad social a desempleadas, entre otras medidas.
Rara vez una mujer inició un conflicto armado. Las guerras las han llevado a cabo los hombres, guerras cuyas primeras víctimas han sido, precisamente, las mujeres, las niñas, las madres, las ancianas.
Santiago de Chile, 15 de enero 2006
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