Mientras la extrema derecha se escuda en el “humanismo cristiano” para infundir temor por un triunfo del “marxismo ateo”, en el bando opuesto se insiste en el peligro de un retorno de la dictadura militar, ahora por la vía electoral.
Piñera introdujo el tema religioso en la campaña al acusar a la médico socialista de ser “agnóstica”, en un esfuerzo por conquistar el voto del centro demócrata cristiano, decepcionado con el gobierno del presidente Ricardo Lagos.
Pero como “bola de nieve” el argumento, que tal vez sólo tenía el propósito inicial de manipular la conciencia católica, fue tomado por los sectores ultra y llevado al nivel de “diablos”, “piras de fuego”, “infiernos comunistas” y “castigos divinos”.
El grupo de “talibanes religiosos”, que ahora rompen lanzas por Piñera, ha estado encabezado por el ex boxeador profesional y alcalde de Independencia Antonio Garrido, el cardenal Jorge Medina y el filósofo y teólogo Fernando Moreno.
Medina fue el primero en levantar la nube de polvo al acusar al Bachelet y a Lagos de ser “hijos del diablo”. “No cree en Dios, entonces, si un cristiano vota por ella está votando por el Diablo. Si no cree en Dios es enemiga de él y amiga del Diablo”, apuntó.
No había cesado el eco de sus declaraciones cuando entró al ruedo el cardenal Medina, un controvertido enemigo de condones, sexo, homosexuales y divorcios, quien afirmó que “el voto católico debe guiarse por el Evangelio”.
Sus dichos provocaron tanto ruido que la Conferencia Episcopal se vio forzada a intervenir en la disputa, al aclarar “que el cristianismo no se identifica con ningún partido político en particular” y que los “valores del reino de Dios y del cristianismo son universales”.
A ellos se unió el profesor Moreno, quien no sólo calificó de “estúpidos” a todos los que voten por Bachelet, sino que también hizo una defensa a ultranza del ex dictador Pinochet, a quien consideró una victima del marxismo.
Defendió las afirmaciones de Garrido al opinar que “el Diablo existe y el infierno también” y dijo que lo de estúpidos se trata de un parecer “objetivo” basado en la Biblia, donde se afirma que “la tontera es lo que más abunda en la especie humana”.
Para Moreno el gobierno de Salvador Allende fue “lo peor” que ha ocurrido en Chile, “mucho peor” que los 17 años de dictadura militar, a la que defendió de los ataques realizados desde 1990.
“Es una cosa escandalosa, está lleno de mentiras, de engaños, de odio, de venganza”, dijo en relación a las críticas de que han sido objeto el dictador Pinochet y su régimen (1973-1990).
También, como Medina, criticó “la fiesta del condón” organizada por el Gobierno, y anunció eventos horribles en el futuro de Chile: matrimonios homosexuales y abortos legales.
Bachelet, en tanto, decidió ayer salir al paso a la “guerra santa” en su contra al criticar la “instrumentalización política” de la cuestión religiosa. “Creo que la religión es algo demasiado sagrado para la gente como para que sea instrumentalizada políticamente”, apuntó.
“La religión no es para infundir temores, sino para difundir valores. No es para dividir, sino para unir”, sostuvo la ex ministra tras reunirse con hombres de negocios y pastores evangélicos durante un recorrido por la Octava Región.
Pero también en las filas oficialistas, cuyo programa de gobierno no se diferencia mucho del de la oposición, se está apelando al miedo, no al religioso inspirado por la derecha, pero si al retorno del pinochetismo a La Moneda.
Por: Angel Pino Rodriguez
Santiago de Chile, 31 de diciembre 2005
Crónica Digital/PL
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