En dependencias de la Universidad San Sebastián, campus Bellavista y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, químicos farmacéuticos e investigadores del área de la salud se reunieron para debatir cuáles son los diseños y modelos utilizados en un ensayo de bioequivalencia y qué factores serían necesarios considerar para realizar en la práctica clínica este tipo de estudios.
Saber si un medicamento bioequivalente mantiene las propiedades farmacológicas previamente evaluadas, luego de ser utilizado en tratamientos crónicos o en múltiples dosis es, en palabras simples, un área de investigación poco desarrollada en el país y por lo mismo, abierta a nuevos estudios.
Bajo esta idea es que expertos del área farmacéutica se reunieron en el simposio “Bioequivalencia de medicamentos: principios y aplicaciones de farmacocinética & biofarmacia”, para discutir entre varios aspectos, cuáles podrían ser los modelos científicos o qué requisitos serían necesarios para monitorizar y desarrollar en la práctica clínica un medicamento bioequivalente.
Al respecto, el académico de la Universidad San Sebastián (USS), Jaime Sasso, explicó que “uno de los tipos de estudios más utilizados para demostrar la equivalencia terapéutica entre dos productos farmacéuticos, es el de comparar la magnitud y la velocidad de absorción del principio activo, generalmente luego de administrar una dosis única a un grupo de voluntarios sanos. Sin embargo, a veces existen dudas si se observará la misma respuesta cuando estos medicamentos son administrados a un grupo de pacientes, en un contexto clínico en que el efecto farmacológica depende de múltiples factores”.
Y es justamente este ámbito uno de temas que discutieron los variados expositores que se reunieron en el campus occidente de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Chile (jueves 30) y en el campus Bellavista de la Universidad San Sebastián (viernes 31). La idea, precisó Sasso, “fue conversar sobre la factibilidad de hacer este seguimiento, y así proponer a las agencias regulatorias, en nuestro caso ANAMED del ISP, la evaluación de la calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos genéricos desde el inicio de la prescripción o la dispensación, hasta el momento en que los diferentes profesionales de la salud evalúan la respuesta al tratamiento farmacológico”.
El académico USS apuntó que lo principal radica en discutir con los diferentes estamentos, la factibilidad técnica de hacer estas investigaciones, y lo segundo, “es instaurar algunas ideas para que los diferentes profesionales que trabajan en los hospitales puedan conformar grupos de trabajo multidisciplinario y comiencen también a desarrollar y monitorizar medicamentos genéricos (bioequivalentes)”.
Santiago de Chile, 6 de abril 2017
Crónica Digital / uss.cl