La fortaleza medieval construida como defensa contra la invasión del Imperio Otomano se encuentra en la Transilvania, Rumania central.
A causa de su relación con Tepes, príncipe de Valaquia, el castillo es conocido como el de Drácula y constituye una importante atracción turística.
Ese vínculo y el personaje del príncipe guerrero, que en realidad existió, inspiraron a Stokes a escribir su relato de ficción sobre el conde vampiro, publicado en 1897.
La novela es la tercera obra más leída en lengua inglesa después de la Biblia y las de William Shakespeare.
El castillo perteneció a la familia real rumana, a la que le fue confiscado por el gobierno de democracia popular establecido tras la II Guerra Mundial y desaparecido en 1989.
Por entonces fue restaurado y tras de servir de atracción turística, fue devuelto a sus dueños el año pasado, quienes, no obstante intentaron venderlo al estado rumano por 80 millones de dólares, oferta que fue rechazada.
Bucarest, 2 de julio 2007
Prensa Latina , 0, 35, 2