Los altos niveles de dióxido de carbono (C02) previstos por los modelos sobre cambio climático podrían obstaculizar la capacidad de los peces de reconocerse unos a otros y formar grupos con individuos conocidos, señala una nueva investigación.
Los peces prefieren agruparse con individuos con los cuales están familiarizados, pues ello les proporciona mayor crecimiento, mejor supervivencia y defensa contra los depredadores y un aprendizaje social más rápido, apuntan los investigadores.
Científicos del Centro ARC de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook, en Australia, estudiaron el efecto del CO2 en el comportamiento de la damisela tropical Chromis viridis.
El investigador principal, Lauren Nadler, encontró que los peces jóvenes normalmente requieren tres semanas para reconocer a sus compañeros, pero que los elevados niveles de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles perjudican de manera significativa esa capacidad.
Los modelos de cambio climático predicen que los niveles de dióxido de carbono y la acidez del océano se duplicarán antes de fin de siglo. Los expertos creen que el CO2 interfiere en el funcionamiento de los neurorreceptores en los cerebros de los peces.
Niveles altos de dióxido de carbono cambian la concentración de iones (átomos y moléculas cargadas eléctricamente) en la sangre de los peces, alterando la forma en que los neurorreceptores trabajan, lo cual perjudica sentidos básicos como la vista y el olfato, que son vitales para el reconocimiento.
La familiaridad es una característica de los peces importante para la defensa, explicó Nadler, quien considera que los efectos de la emisión de CO2 a la atmósfera podrían ser críticos para especies de vida en grupo, sobre todo los peces tropicales, cuyo hábitat está amenazado por el cambio climático.
Camberra, 1 de julio 2014
Crónica Digital / PL