El salón de Eventos de Casapiedra, y frente a numerosos empresarios, fue el escenario donde el ministro Alejandro Foxley tuvo que reconocer diplomáticamente el tirón de orejas de la Presidenta Michelle Bachelet. El secretario de Estado tuvo que recular sobre sus opiniones personales sobre Venezuela, el Presidente Hugo Chavéz y su soterrado respaldo a Estados Unidos.
En esta oportunidad el personero de gobierno llamó a los asistentes del evento a que tuvieran la comprensión suficiente, porque es un tema que ha sido muy complejo, en un país que tiene distintos matices respecto de cómo visualizar situaciones particulares como el asunto de Venezuela, y lo único que puedo decir es que he conversado largamente con la Presidenta de la República del tema, ella va a tomar una decisión en los próximos días y no puedo ni debo agregar ningún elemento a una decisión que corresponde estrictamente a la Presidenta.
De esta forma el vocero de la Cancillería tuvo que corregir sus dichos ya que en política internacional no existen los colores propios sobretodo cuando la máxima autoridad del Ejecutivo no se pronuncia en torno a esta materia. De lo contrario al ministro Foxley no le quedará otra alternativa que renunciar a su cargo si no comparte la visión y la forma de llevar la política exterior la Mandataria.
Sin embargo, el Canciller nuevamente mostró su capacidad de minimizar los costos políticos en situaciones difíciles tal como lo ha demostrado a lo largo de 16 años de gobiernos concertacionistas. Con la primera entrevista dio una señal de tranquilidad a la Democracia Cristiana al respaldar la posición falangista en torno a Venezuela y, ahora, se alinea con el Ejecutivo reiterando que la decisión del voto es absolutamente Presidencial. Definitivamente, el Ministro Alejandro Foxley es un sobreviviente de la política y es probable que lo tengamos para rato en los círculos del poder político nacional.
Santiago de Chile, 6 de octubre de 2006.
Crónica Digital
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