Caracas, 7 oct (PL) Largas filas de venezolanos se aprecian desde horas tempranas frente a los colegios electorales que abrieron para casi 19 millones de votantes quienes elegirán al presidente para el sexenio 2013-2019.
La cita es vista como la culminación de un proceso electoral histórico, seguido con atención desde todos los continentes, en la que el pueblo escogerá entre dos proyectos políticos antagónicos.
En este sufragio se juega el futuro de Venezuela para los próximos 100 años, dijo en numerosas ocasiones el presidente Hugo Chávez durante los tres meses de la campaña.
El mandatario aspira a la reelección para un nuevo período de gobierno, para -como él mismo ha explicado- consolidar la independencia y continuar la construcción de un modelo socialista adaptado a las condiciones específicas de Venezuela.
Además, los comicios cobran mayor importancia por ser Venezuela el país con las mayores reservas mundiales de petróleo y uno de los principales exportadores de crudo del planeta.
Durante una conferencia de prensa realizada anoche en el Palacio de Miraflores, Chávez expresó que cuando se acabe el petróleo en el mundo, algo que dijo sucederá probablemente en el presente siglo, aun quedarán cinco o seis países con reservas del hidrocarburo, y uno de ellos será Venezuela.
Todos los presidentes venezolanos que trataron de controlar de manera soberana la industria petrolera fueron derrocados, recordó en esa ocasión.
De ahí el interés que ha despertado la elección de mañana, en la que se decide, más que la persona que ejercerá la presidencia, el rumbo que seguirá el país en los próximos años.
El presidente aspira a la reelección con un programa que implica la continuidad y profundización de toda la gestión gubernamental de los últimos 14 años, sobre todo en el área social y en la ampliación del poder popular, para otorgar mayor protagonismo a los ciudadanos.
Otros cinco candidatos le disputan la presidencia, pero el principal es Henrique Capriles, representante de los más poderosos grupos económicos de Venezuela y de importantes transnacionales, que tienen como interés común recuperar el control del país y, sobre todo, de la industria petrolera.
A lo largo de los últimos meses prácticamente todas las encuestas vaticinan el triunfo de Chávez, pero hasta ahora ni Capriles ni su comando de campaña se han comprometido a aceptar los resultados que anuncie el Consejo Nacional Electoral.
Sobre las elecciones sombrea el peligro de que sectores de ultraderecha traten de crear situaciones de violencia y desestabilización si los resultados no favorecen a Capriles.
Al respecto, Chávez dijo anoche que ojalá no se atrevan, pues “como Estado estamos obligados a responder con contundencia en el marco de la Constitución y de las leyes”.
Santiago de Chile, 7 de octubre 2012
Fuente Prensa Latina
Crónica Digital