Y ello resulta natural porque son años de una vida activa, en medio de la historial social y política y cultural del país, y de un fuerte vínculo del Partido con la sociedad, sus dolores y sus demandas.
Se puede hablar de la pertenencia, de la identificación y del protagonismo de la organización, con el tejido social, con los sindicatos, organizaciones y grupos, con un enraizamiento de la colectividad y de sus miembros en todos los aspectos de la vida del país.
Nada de lo humano, de lo colectivo, ha sido ajeno a este Partido, entendido como la voluntad de quienes lo crearon, la treintena de fundadores, el 4 de junio de 1912, en Iquique -corazón de los obreros salitreros -chilenos, peruanos, bolivianos, argentinos- la tierra que recibió su sangre y sus dolores, masacrados por el capital y sus tropas.
En las páginas de su historia- que es parte de la historia de Chile, aunque muchos intentan ocultarla- están muchos de los que lo dirigieron durante un camino de dura lucha por su existencia, en los días de avance y retroceso, en los días de victoria y cuando hubo que replegarse en las clandestinidades, teniendo como siempre el norte de la democracia, de la justicia, de los intereses superiores del pueblo y de la Patria.
Hoy, en el año del Centenario, se celebra, en lucha y en alerta, teniendo en cuenta a los trabajadores, los movimientos sociales, los estudiantes, las dueñas de casa, las regiones, los diversos grupos que representan la diversidad sexual, los defensores del medioambiente, el potencial de la sociedad en su conjunto, los que irrumpen en el escenario con demandas, sueños renovados, y una clara voluntad de ofensiva.
Pero no se trata de una mera indignación, de la exasperación por las esperanzas frustradas, de un descontento generalizado y transversal.
Hay un fermento de protesta que pugna por encontrar un cauce orgánico, plataformas, un lugar en el inevitable devenir de la historia, la lucha social, un punto de partida para la esperanza.
El “nosotros social”, del que habla el cantautor Manuel García, pide la palabra y reclama su lugar de protagonista.
En este cuadro de revitalización de los afanes, del despertar y de reagrupamiento de una dinámica social y de una dialéctica que descubre nuevos significados, el Partido Comunista de Chile, celebró el centenario de su fundación, diciendo su permanente palabra, necesaria, pero que reconocen no es la única, cuando Chile necesita respuestas, soluciones creadoras, realistas, audaces, valientes
Las consignas señaladas corresponden, sin duda, a una estrategia y una táctica que apuntan a lo central y convocante: “Cien años de lucha por la democracia”, “Unidad y lucha por un gobierno de nuevo tipo”, “Cien años: unidos avancemos para derrotar a la Derecha ”.
Así, la tarea está señalada.
El tema de hoy, un presente perentorio, es como construirla.
Ha hecho bien el Partido Comunista de Chile, cuando celebra su centenario enfatizar sus raíces proletarias, el sentido patriótico de su lucha y sus ideales democráticos, al mismo tiempo que la polifonía de los protagonistas en la vida social.
Como dijo el presidente del PC, Guillermo Teillier, en el solemne acto del centenario, en el Salón de Honor de la Cámara de Diputados, el 4 de junio, “Luis Emilio Recabarren avanzó en la idea de que el Socialismo debía transformarse, necesariamente, en la expresión profunda de una extensión democrática sustentada en los trabajadores, el pueblo y la soberanía popular”.
“Estas son ideas fundacionales de nuestro Partido, plenas de vigencia y de amplio significado social. En ellas recogemos la visionaria apreciación de Recabarren quien al describir la relación entre los Sindicatos, los Municipios y las Cooperativas, buscaba la integración y deliberación del mundo social en las instituciones del Estado”, agregó Teillier.
Hoy como ayer, dijo Teillier, “ El Partido Comunista de Chile siempre ha luchado por perfeccionar la democracia, nunca alentó un golpe de Estado o ha sido parte de alguno, siempre ha alcanzado espacios de poder de acuerdo a la Constitución y las leyes”.
Se trata de un Partido, que recoge sus tradiciones históricas, pero que se mantiene vivo porque ha tenido la capacidad de replantearse ante las diversas encrucijadas de la historia de Chile, y de su propia historia, en el transito siempre creador, fértil del acontecer real, de la vida misma.
Sin duda, ha enmendando rumbos cuando ha sido necesario, aprendiendo de su experiencia, y de la sabiduría del pueblo, pero siempre teniendo como sentido de su existencia y su acción, el pueblo, la patria, una vida mejor para todos.
Y lo primero que resalta del análisis histórico de este periodo extenso de la historia del país, por cuyas páginas han pasado generaciones de chilenos, y aconteceres trágicos y victorias, es que el Partido Comunista de Chile es una creación histórica del pueblo, que se integra en un coro de voces, un instrumento colectivo, una voluntad de los ciudadanos, una circunstancia, y también un protagonista ineludible
No solo el hombre y su circunstancia social y económica, sino también la naturaleza, no solo el pan sino el espíritu, no solo la lucha reivindicativa, sino el amor.
Para hoy la tarea señalada por Teillier, es la misma de antes, pero en las nuevas condiciones específicas: “En definitiva nos comprometemos con la construcción de una nueva Democracia, incluyente y diversa, deliberativa y participativa, desprovista de todo sesgo de marginación y segregación, que sea el reflejo de este nuevo ciclo social en el que se construye nuestra realidad con el pueblo y para el pueblo”.
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“Estos compromisos no son un desafío que podamos enfrentar solos, son propósitos y metas que requieren de la amplitud y participación de muchos sectores políticos y sociales, cuyo común denominador no debe ser otro que la vocación democrática para Chile y su pueblo”, enfatizó el dirigente comunista..
Como un símbolo de esta vocación de amplitud esta el folleto “Todas las manos”, editado en homenaje a la celebración, que es al mismo tiempo un relato de la historia nacional, y una galería de personajes que pertenecen a la tradición de democracia y progreso de Chile y que marcaron con su obra y sus vidas el camino del desarrollo histórico, y que el Partido Comunista reconoce como patriotas y constructores de futuro.
Allí están, como en un caleidoscopio, sobre el mapa de Chile , Lautaro, Bernardo O’Higgins, Manuel Rodríguez, José Miguel Carrera, José Manuel Balmaceda, Luis Emilio Recabarren, Teresa Flores, Pedro Aguirre Cerda, Ricardo Fonseca, Galo González, Elìas Lafferte.
Siguen el general René Schneider, el ex presidente Salvador Allende, el aguerrido y dirigente de la CUT , Luis Figueroa, el general Carlos Prats, Carlos Contreras Labarca, José Valenzuela Levi , uno de los lideres del Frente Patriotico Manuel Rodríguez, el apóstol obrero, Clotario Blest.
Figura la tantas veces olvidada, Julieta Campusano, el valiente cardenal amigo Raúl Silva Henríquez, nuestra Sola Sierra, el líder democratacristiano de los trabajadores, Manuel Bustos, Elena Caffarena, Gladys Marin, Volodia Teitelboim, Luis Corvalán, María Rozas,
Completan la lista Patricio Bunster, Rene Largo Farías,, Santiago nattino, Francisco Coloane, Antonio Quintana, Hernán Ramírez Necochea. Josè venturelli, Luis Advis, Victor jara, Isidora Aguirre, el piojo Salinas, José Carrasco, Augusto Olivares, Adriana Searle, Gabriela Mistral, Pablo de Rocka, José Miguel Varas, Joaquín Gutiérrez, entre otros.
Faltan muchos nombres, sin duda,
Y el PC lo reconoce: “Al cumplir los 100 años, son un torrente de miles y miles que nos miran desde la historia, que están presentes; son los héroes no sólo de los comunistas chilenos, sino del pueblo de Chile, que nunca quisieron ser héroes, pero que hoy ocupan y deben ocupar un lugar privilegiado en la historia de Chile y en la historia del Partido Comunista.”, dijo Teillier.
Y agregó, “de estos miles, sólo nombramos a algunos, pero sepan que no olvidamos a nadie”.
El ánimo de la celebración del Centenario del PC, sin duda fue y es entusiasta, de un envidiable optimismo., espíritu necesario para enfrentar los nuevos tiempos que nos desafían.
Pero el hoy es perentorio, cuando las multitudes están en marcha, y se espera el aporte de los comunistas a la unidad de la lucha por profundizar y ampliar la democracia, en el apoyo de las demandas ciudadanas., y en la construcción de nuevas esperanzas y nuevas mayorías.
Por Marcel Garces,
Santiago de Chile, 11 de junio 2012
Crónica Digital