En fiel correspondencia a su irrestricta e inclaudicable vocación democrática y republicana, que ha defendido incansablemente durante sus más de 90 años de historia, la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) hace el más amplio y decidido llamado a toda la ciudadanía a ejercer sus facultades soberanas el próximo 4 de septiembre, concurriendo a las urnas para dar, a través del voto, su aprobación a una Nueva Constitución que, inspirada en la justicia, rija los destinos del país y ponga definitivamente término al oscuro cuerpo normativo heredado de la dictadura.
Consciente del papel que desempeña en su condición de organización cultural, la SECH ha impulsado cada etapa de este proceso inédito y promisorio, desde la articulación de los cabildos constituyentes hasta este momento crucial en que estamos ad portas de refrendar una Carta Magna que por primera vez concibe a Chile como un Estado plurinacional e intercultural, que, fundado en el principio de participación y plena observancia de los derechos humanos, consagra y garantiza los derechos sociales a la educación en sus distintos niveles, así como a la salud y la vivienda, al tiempo que reconoce los ámbitos de autonomía territorial local y de los pueblos ancestrales; instaura un enfoque transversal de igualdad sustantiva de género en las políticas públicas; protege la naturaleza y el medio ambiente; esboza un sistema tributario basado en la equidad, progresividad, solidaridad y justicia material; reivindica el rol esencial del Estado sobre los recursos estratégicos, y subordina a las Fuerzas Armadas al Poder Civil, definiéndolas como obedientes y no deliberantes.
Mención aparte merece, en tanto, el sustantivo giro que la Nueva Carta Magna imprime en lo referido a culturas, artes y patrimonio, marco en el cual, por ejemplo, se salvaguarda el derecho a participar libremente de la vida cultural y artística y a gozar de sus diversas expresiones, bienes, servicios e institucionalidad; el derecho a usar espacios públicos para tales manifestaciones, así como el de toda la población a participar y beneficiarse del conocimiento y de la formación artística, y el que asiste a los pueblos ancestrales en orden a preservar su identidad y obtener la repatriación de objetos de cultura; la obligación del Estado de superar las brechas de acceso digital; el reconocimiento del patrimonio inmaterial y del papel fundamental de la promoción del libro, la lectura y la escritura creativa; el fin de la censura; la prohibición de la concentración de la propiedad de los medios de comunicación e información, para dar lugar, en cambio, al fomento del pluralismo mediático.
En consecuencia, esta es, en múltiples sentidos, una oportunidad histórica en este camino de transformaciones. Defendamos con convicción la senda emprendida y aprobemos esta Nueva Constitución para un nuevo Chile.
DIRECTORIO NACIONAL
SOCIEDAD DE ESCRITORES DE CHILE
Crónica Digital
Santiago de Chile, 11 de julio del 2022