Considerados como verdaderas cunas de biodiversidad, ya que permiten el desarrollo de regulación hidrológica y biogeoquímica, los humedales son también potentes corredores en el que conviven variadas especies vivas de zonas tropicales, subtropicales y templadas, fortaleciéndose así distintos tipos de ambientes, flora y fauna.
La importancia en las aves, por ejemplo, es vital para su complejo sistema migratorio, ya que funcionan como efectivas “estaciones de recarga y mantención” en sus constantes viajes anuales.
En Santiago, el Humedal de Batuco es el más importante de la Región Metropolitana. Si bien su extensión original supera las 14.000 hectáreas, lo cierto es que en la actualidad la zona conocida como “espejo de agua” -es decir, la laguna- hoy tiene una extensión de poco más de 200 hectáreas. En los años 80 esa dimensión superaba las 500 hectáreas.
En tiempos prehistóricos, incluso, toda la zona de Lampa –donde se ubica el humedal- era una gran conformación lacustre. El problema que al generarse el proceso de urbanización del área, nunca se establecieron dinámicas de envergadura que consideraran este punto.
El abandono y el poco cuidado que, en ese contexto, ha vivido el humedal merman su evolución. A ello se suma que la zona más reconocida del sector se ubica en un terreno que hoy es privado, lo que dificulta cualquier accionar comunitario o público.
Generación de basurales, caza furtiva y construcción de pozos y canales destinados a habilitar tierras para viviendas y uso industrial, han constituido las principales amenazas que soporta el importante corazón hídrico y de biodiversidad de la región. Ubicado a unos treinta minutos hacia el norte desde el centro de Santiago, este corazón de biodiversidad vive horas contradictorias.
En abril pasado, la Administración Piñera declara al humedal como Santuario de la Naturaleza. Sin embargo, dentro de esa nominación incluye una parte muy pequeña de 300 hectáreas. Para muchas instancias relacionadas al tema, la decisión no es técnica.
Una de esas entidades es la Fundación Batuco Sustentable, organización territorial surgida desde vecinos del humedal que se organizan para detener el desmedro de la zona, desprotegida durante décadas de toda ley y alejada de la mano del Estado.
Desde su creación, la entidad organiza jornadas de limpieza, catastros de especies vegetales y animales, además de estudios sobre aves, entre otras actividades de protección.
Encabezada por los ingenieros Leandro Moya y Eduardo Acuña, la fundación genera un intenso compromiso colectivo en la comunidad, gracias a una dinámica participativa que cuida, protege y defiende el humedal, bajo condiciones muy adversas.
A través del sitio web HumedalDeBatuco.cl, por ejemplo, la instancia también genera y coordina información de impacto social, siempre en favor del cuidado y la prevención de la zona. Se trata de un emprendimiento social con un gran compromiso colectivo, que ha logrado innovar una dinámica participativa de la comunidad para cuidar, proteger y defender el humedal, bajo condiciones muy adversas.
Gracias al trabajo de la fundación, se conforma a mediados de la década pasada, una mesa de trabajo con la municipalidad de Lampa, otras agrupaciones territoriales y representaciones públicas relacionadas con el tema, que han permitido la generación de variadas iniciativas.
A partir de ese trabajo, Batuco Sustentable se integra como parte del grupo que funda la Red Nacional de Humedales, instancia creada por organizaciones similares que han surgido en el país como reacciones comunitarias para el cuidado de estas cunas de biodiversidad que no han tenido la preocupación de las entidades públicas.
Ha sido la acción de esta red la que, por ejemplo, hace posible que Chile concrete los compromisos adquiridos con la firma de la Convención Rámsar, acuerdo global que obliga a los Estados a proteger los humedales. También la inclusión del Humedal de Batuco como santuario.
Pero la fundación considera que la resolución se toma bajo criterios poco eficientes. La propiedad privada de un área importante del humedal genera variados problemas. La declaración de santuario de la naturaleza considera, en rigor, una parte muy pequeña del humedal.
La fundación Batuco Sustentable sostiene que la medida es realmente efectiva con el hábitat si se aplica al doble de lo que señala la decisión gubernamental. Y cree que eso no ocurre –esencialmente- por intereses económicos en el sector, inmobiliarios en su mayoría. La instancia elabora un completo informe que entrega en el Seremi del Medio Ambiente Metropolitano, pero que no es considerado para tomar la decisión final.
Batuco Sustentable encabeza una campaña de recolección de firmas para que el santuario tenga las 600 hectáreas que se requieren, de acuerdo a sus estudios técnicos. La extensión acordada por el gobierno es considerada un fraccionamiento arbitrario del ecosistema del humedal, que facilita la minimización del territorio y su posterior cambio en el uso del suelo existente en la cercanía.
La fundación cree que la decisión contraviene –incluso- la propia voluntad del Estado y la suscripción de acuerdos internacionales con respecto al cuidado de la biodiversidad. Insisten que considerar 300 hectáreas no tiene un fundamento ecológico.
La consideración de santuario de la naturaleza incluye todos los lugares que tengan valor arqueológico, científico, patrimonial y natural, entre otros aspectos. A juicio de la fundación, al considerar sólo el 50% de las hectáreas requeridas parece que se estuviera tomando en cuenta también el valor inmobiliario de la propiedad privada.
Los datos de la realidad indican que Lampa es una activa zona inmobiliaria. Desde el año 2020 la comuna se ubica entre las primeras con mayor número de viviendas vendidas.
La fundación subraya que con la idea del santuario está en juego un bien nacional mayor: el medioambiental y el socioambiental. Y que decisiones incompletas llevan al fracaso de la gestión territorial en ambos aspectos, como puede verse –por ejemplo- en el Cajón del Maipo (con las consecuencias negativas que dejan las intervenciones de obras privadas) o en Petorca (con la manipulación del uso del agua).
La fundación habla, incluso, que tomar decisiones sin soporte técnico se trata más bien de “acciones de jardinería” o de “decoración de interiores”, pero “nunca de gestión medioambiental”.
La fundación Batuco Sustentable señala que la declaración de santuario de la naturaleza para 300 hectáreas del humedal de Batuco equivale a la protección de menos del 40% de las especies existentes en la zona.
Por Claudio Pereda Madrid
Santiago de Chile, 3 de junio 2021
Crónica Digital