Autoridades rusas denunciaron la semana pasada que las tropas norteamericanas crean un refugio seguro para los terroristas en Al-Tanf, en suelo sirio.
Cada vez que unidades militares de este país árabe se acercaron a dicho enclave militar estadounidense, incluso más allá de la zona de seguridad establecida de 55 kilómetros, el ejército norteamericano ha lanzado ataques contra esos destacamentos.
La base de Al-Tanf es un enclave con gran importancia para las operaciones militares en el sur de este Estado, ya que por esa demarcación pasan las carreteras hacia las ciudades sirias de Deir Ezzor, con abundantes pozos petroleros, y Al-Raqqa.
En las cercanías de Al-Tanf también se encuentra el campamento de refugiados de Rukban, donde las tropas del Pentágono impiden la llegada de asistencia humanitaria para esos desplazados, denunciaron organismos de derechos humanos.
Las fuerzas estadounidenses, que ingresaron a territorio sirio en 2015, cuentan en el norte de este país mesoriental con una decena de bases militares que integran unos dos mil soldados, según fuentes militares.
Con frecuencia el gobierno sirio denunció ante organismos internacionales como Naciones Unidas, los indiscriminados bombardeos de la aviación de guerra de la llamada Coalición Internacional, encabezada por Estados Unidos, contra poblaciones civiles de Raqqa y Deir Ezzor, con saldo de cientos de víctimas mortales y heridos.
Damasco, 11 marzo 2018
Crónica Digital /PL