Para promover su plan legislativo, el jefe de la Casa Blanca y el liderazgo del Partido Republicano aseguran que la reducción impositiva beneficiará fundamentalmente a la clase media, un argumento que no comparten diversos medios y analistas.
La Cámara de Representantes aprobó el jueves su versión de la ley con 227 votos a favor y 205 en contra, entre estos últimos los de todos los demócratas y 13 miembros del partido rojo.
Aprobar este proyecto de ley es lo más importante que podemos hacer para impulsar la economía, restaurar las oportunidades y ayudar a las familias de ingresos medios que luchan, manifestó el titular de la cámara baja, Paul Ryan.
En el Capitolio también se evalúa una iniciativa salida del Senado, aún por votarse, la cual tiene puntos centrales en común y notables diferencias con la de los representantes.
Las dos propuestas coinciden en plantear profundos recortes de impuestos para individuos y empresas, además de una reformulación del modo en que el país impone gravámenes a las multinacionales, que según varias fuentes, saldrían beneficiadas.
El diseño de la dirigencia republicana en el Senado, como el de los congresistas, pretende reducir la tasa de impuesto corporativo del 35 al 20 por ciento; pero, en el caso de los primeros, desean retrasar ese paso por un año, hasta 2019.
Otro elemento discordante es que el documento de la cámara alta mantiene vigentes siete tramos de impuestos individuales, el mismo número existente en la actualidad, mientras la otra iniciativa busca reducirlos a cuatro.
A ello se une que a inicios de esta semana el Comité del Senado incluyó una disposición para eliminar el mandato individual, un elemento clave de la ley sanitaria conocida como Obamacare que los republicanos no pudieron derogar, pese a tener mayoría en el Capitolio.
Se calcula que la reforma fiscal republicana agregaría 1,5 billones (millones de millones) de dólares al déficit del país en la próxima década, uno de los elementos que más se ha criticado de la medida.
Trump y los líderes del partido defienden que esta es la mejor vía para crear más empleos y aumentar la competitividad de Estados Unidos, y argumentan que los ingresos que dejarán de recibirse por las rebajas de impuestos serán recompensados con el tiempo a partir del crecimiento de la economía.
Sin embargo, muchos expertos no coinciden con esa afirmación, y la Oficina de Presupuesto del Congreso previó que la reforma podría provocar recortes en los gastos obligatorios de 2018 por 136 mil millones de dólares, incluidos 25 mil millones de dólares destinados al programa sanitario Medicare.
Análisis de instituciones como el Centro de Política Tributaria y el Centro de Prioridades Políticas y Presupuestarias coinciden en que el diseño del proyecto fiscal trae mayores ventajas a los más acaudalados y las empresas.
En ese sentido, unos 400 millonarios y multimillonarios firmaron una carta para instar a los legisladores republicanos a no reducir sus impuestos como parte de la reforma fiscal, sino a aumentarlos.
La misiva expresa que la formación roja comete un error al disminuir los impuestos a las familias más ricas en un momento en que la deuda del país es alta y la desigualdad está en el peor nivel desde la década de 1920.
‘Estamos profundamente preocupados de que la pérdida de ingresos conduzca a recortes profundos en servicios fundamentales como la educación, Medicare y Medicaid, y que obstaculice la capacidad de nuestra nación para restaurar las inversiones en nuestra gente y comunidades’, advirtió el texto.
A su vez, el diario The New York Times indicó que la idea de rebajar impuestos siempre ha sido popular, pero si el sistema no aporta suficientes ingresos para pagar por necesidades como la construcción de carreteras o el socorro en casos de desastre, los cambios podrían socavar el crecimiento económico y el nivel de vida.
Para el Comité Conjunto de Impuestos del Congreso, si bien muchos hogares pagarán menos gravámenes, se estima que algunos desembolsarán más, incluidas alrededor de 13 millones de familias de clase media.
Vencida la Cámara de Representantes, el mayor obstáculo para Trump y el liderazgo republicano está en el Senado, donde solo pueden permitirse la pérdida de dos votos del partido y hay varios legisladores cuyo apoyo no tienen garantizado.
Por Martha Andrés Román
Washington, 20 noviembre 2017
Crónica Digital /PL