El Ministerio Fiscal de la nación ibérica acusó la víspera de rebelión y sedición a las depuestas autoridades de Cataluña, por su presunta responsabilidad en la declaración unilateral de independencia aprobada el pasado viernes por el parlamento catalán.
Además de esos dos cargos, el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, presentó este lunes querellas por malversación de caudales públicos contra los principales impulsores del proceso secesionista en esa comunidad autónoma del noreste español.
Nos hemos desplazado a Bruselas para poner de manifiesto el problema catalán en el corazón institucional de Europa y denunciar la falta de imparcialidad de la justicia española y el grave déficit democrático que existe en el Estado español, enfatizó.
‘No estoy aquí para pedir asilo político, esto no es una cuestión de Bélgica, pero Bruselas es la capital de Europa’, insistió el líder separatista, en obvia alusión a la presencia en esta capital de las instituciones de la Unión Europea.
Estamos aquí buscando garantías jurídicas que por el momento no se dan en Cataluña ni en España, subrayó Puigdemont, quien acusó a los partidos Popular (de Rajoy) y Socialista Obrero Español (principal de la oposición) de afrontar con represión una cuestión política.
A su juicio, la querella del fiscal Maza, reprobado meses atrás por el Congreso de los Diputados -según recordó-, no se sustenta jurídicamente, pretende perseguir una idea y no un delito y se suma al ‘camino de máxima beligerancia’ del ejecutivo de Rajoy.
‘El de rebelión es un delito equiparable al terrorismo. Nunca hemos actuado con violencia y se nos compara con terroristas, por eso necesitamos la ayuda de Europa’, señaló el destituido mandatario en compañía de varios de sus antiguos consejeros (ministros).
Remarcó que se siente más tranquilo y con mayor seguridad en Bruselas que en territorio español.
En esa línea agregó que tanto él como los cinco exconsejeros que le acompañan en su viaje pueden ‘garantizar una parte de sus derechos y cumplir con sus obligaciones’, desde esta urbe.
Sobre las elecciones convocadas por Rajoy en Cataluña para el 21 de diciembre con el propósito de frenar el desafío secesionista, Puigdemont afirmó que las fuerzas soberanistas no temen a las urnas.
Aseveró que asume el ‘reto democrático’ que suponen esos comicios autonómicos anticipados y emplazó al gobierno español a respetar el resultado, sea cual sea, ante una hipotética victoria de los partidos favorables a la escisión de ese próspero territorio.
‘Siempre que haya unas urnas, allí nos encontrarán’, resaltó el dirigente independentista cesado.
Bruselas, 31 de agosto 2017
Crónica Digital /PL