El texto está firmado por monseñor Gerald Barnes, Presidente del Comité de Migración del Episcopado. Es una iniciativa extremadamente punitiva, que es mucho más amplia que la inmigración ilegal, y si es promulgada podría causar daño a los inmigrantes y sus familias, advirtió el Prelado.
La nueva legislación, aprobada ya por la Cámara Baja del Congreso, propone levantar una valla de más de 900 kilómetros a lo largo de toda la frontera. Además, sugiere castigar a quien asista a cualquier inmigrante ilegal en el país.
El también Obispo de San Bernardino (California), indicó que de esta manera se pone en riesgo de persecución judicial al personal de las parroquias, diócesis y servicio social que cumplen labor humanitaria y pastoral con los inmigrantes ilegales.
Esta legislación sólo exacerbará los problemas al obligar a los inmigrantes a esconderse todavía más, y animar a quienes buscan trabajo a acudir a las crecientes redes de tráfico de personas, denuncia el comunicado.
Luego de aprobada la iniciativa HR 4437, el Presidente Bush emitió un comunicado el apoyo a la misma. Sin embargo, recibió la oposición de diferentes sectores, que esperan que la medida sea rechazada en el Senado.
De acuerdo a los obispos, la solución a la crisis migratoria debe incluir, entre otras medidas, dar estatus legal a los inmigrantes.
Por otro lado, del 8 al 14 de enero el Episcopado realizará la Semana Nacional de Migración, con el objetivo de extenderles a estas personas la mano con un espíritu de paz y esperanza.
Nunca antes este llamado a la solidaridad ha sido tan necesario, afirma el texto.
Washington, 10 de enero 2006
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