Por Marcel Garcés Muñoz
El triunfo abrumador en las elecciones Primarias del domingo 29 de junio de la candidata comunista, Jeannette Jara, ex ministra del Trabajo y Previsión Social del gobierno del presidente Gabriel Boric con un 60.16 por ciento del electorado participante, constituye sin duda un hecho histórico y determinante en la historia política de Chile.
Sin duda un reconocimiento claro de su valor como figura del progresismo en el escenario político nacional, pero sin duda de un estado de ánimo ciudadano, que busca respuestas a sus demandas de justicia social, de un desarrollo democrático y los cambios económicos, sociales, institucionales en terrenos como los Derechos Humanos, un sistema previsional que permitan un futuro digno a sus trabajadores, a sus mujeres, y una escenario que permita una educación y un futuro seguro a las jóvenes generaciones.
Y ello permite identificar la reacción histérica y despavorida de la Derecha neofacista como un una reacción a la derrota política electoral, que han reflejado en editoriales, declaraciones destempladas, amenazas del sector que -con El Mercurio mediante- intenta recomponer su estrategia de “guerra sicológica”, contra la mayoría nacional, como lo han hecho históricamente, con la conspiración terrorista y golpista permanente contra el orden democrático y la institucionalidad constitucional y la estabilidad del país.
El triunfo de Jeannette Jara el domingo 29 es la expresión de una voluntad ciudadana, democráticamente expresada, que respondió a una guerra sucia desatada por las derechas económicas y políticas y las oligarquías empresariales y sus aparatos comunicacionales, y cómplices distribuidos en diversos sectores de la sociedad.
Pero fue, sobre todo, la victoria de una voluntad democrática de una ciudadanía, que rechazó la prédica del odio, del riesgo del caos, de la amenaza atemorizante del “acabo del mundo” del miedo.
En definitiva los resultados electorales del domingo 29 de junio, el 60, 16 por ciento de Jeanette Jara, una figura que ha sido puesta en un lugar de protagonismo relevante del escenario político, y determinante en el sector progresista, impulsor de los cambios que Chile reclama, constataron una expresión de la voluntad democrática ciudadana, de una reacción patriótica consciente, y esperanzadora, frente a un escenario nacional desafiante, en un mundo complejo.
Es un proceso histórico en marcha en la perspectiva del proceso presidencial, donde los ciudadanos decidieron la designación de la abanderada que no solo representa sus preferencias electorales, sino un proyecto de cambios, un programa de realizaciones, en una perspectiva que apunta a la construcción colectiva, de un Chile más justo, mejor.
Se trata de un legítimo proceso de primera definición y de sus aspiraciones de lo que prefieren como gobernante y como destino futuro como ciudadanía y país.
Lo que viene será, sin duda, un proceso complejo que requerirá serenidad, fortaleza, paciencia, una política de acuerdos, disciplina cívica, y sobre todo sabiduría política, pero sobre todo de unidad, la solidaridad, el respeto mutuo, de responsabilidad, de eludir caer en las provocaciones, vengan de donde vengan.
La ofensiva de la Derecha se ha mantenido durante toda la campaña por las primarias, seguirán en aumento, meticulosamente, y sin importar las fronteras de la decencia. Las intrigas, las trampas informáticas, las suposiciones, las sospechas y calumnias, van a ser el pan de cada día, ediciones, declaraciones.
La guerra ya está declarada.
Desde luego, el mensaje de unidad y futuro, de acogida a todas las fuerzas políticas y sociales, que se pronuncien por los cambios democráticos, políticos económicos y sociales que Chile necesita, el ejercicio democrático donde las grandes mayorías sean los protagonistas de la política nacional, y los avances, el progreso, la seguridad, la solidaridad social , donde el país, defina una política internacional a favor de la paz mundial, de la soberanía nacional, de la dignidad de los países, y estabilidad de un orden mundial de los países, son parte del ideario de esperanzas del pueblo, se los ciudadanos de Chile, muestran su voluntad de honrar la confianza que han depositado en ella los ciudadanos.
Sin duda ella ha asumido la dignidad y la responsabilidad que representa, gracias a la confianza y las esperanzas de los ciudadanos.
La abanderada del progresismo y del cambio para Chile, mostró sus convicciones democráticas, al reconocer la labor desplegada por sus competidores en la Primaria, agradeciendo, dijo , «el esfuerzo y los talentos desplegados por Carolina Tohá, Gonzalo Winter y Jaime Mulet”, a señalando que «hoy termina la primera parte de este camino, que es ofrecerle una alternativa a Chile para los próximos años».
“Soy una convencida de que las diferencias no son un problema, sino que una oportunidad. Tenemos una historia reciente de la democracia en nuestro país, que nos deja una lección”, enfatizó.
La candidata también dirigió un mensaje a quienes no participaron en las primarias: «A quienes no votaron por mí, les digo que nuestra principal tarea será desplegarnos por el país con una escucha activa. Necesitamos que más personas puedan redimensionar el valor de la buena política».
En su intervención Jara incluyó un reconocimiento al presidente Gabriel Boric, de quien dijo:»nos ha demostrado que quienes detentan el poder no sólo pueden, sino que deben bajar del pedestal, ser un chileno más».
Respecto a la oposición, advirtió que «no nos engañemos: enfrentamos un escenario donde el populismo de la ultraderecha ha crecido», criticando que «creen que hablando más fuerte se solucionan los problemas que ellos han creado, y ocupando los problemas reales de la gente, quieren hacer retroceder los avances reales».
En definitiva, estamos advertidos de la responsabilidad a que estamos llamados por la historia.
Marcel Garcés Muñoz
Es periodista y director de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 2 de julio 2025
Crónica Digital