En la sede principal de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) se realizó la ceremonia de conmemoración de los 50 años de la Tarea Militar de la Izquierda chilena, con una gran y diversa concurrencia. Por su interés, compartimos fragmentos significativos del discurso del Comité de Iniciativa.
El devenir de nuestro pueblo está lleno de hitos, desde los más simples hasta los más complejos, desde aquellos que la Historia celebra y acaricia, hasta aquellos anónimos, que han debido ser en el más completo silencio, desconocidos, pero de una importancia tal que resulta un imperativo moral, re–elevarlos al sitio que ameritan en la historia. He ahí donde ubicamos el inicio de la Tarea Militar. Como bien decía José Martí: “En silencio ha tenido que ser, pues hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas” (…)
Hoy celebramos los 50 años de la Tarea Militar, que particularmente hace alusión a lo que fue la visionaria propuesta del comandante en jefe Fidel Castro a la dirección del Partido Comunista de Chile y en forma paralela, en ese entonces, al Partido Socialista de Chile, a formar cuadros profesionales en el arte y la ciencia militar, dícese oficiales, a partir de abril de 1975 y hasta comienzos de la década de los 90 (…)
En rigor, queremos conmemorar y REIVINDICAR a todas aquellas compañeras y compañeros a todos esos hombres y mujeres que antes, durante y después de ese hito histórico de 1975, sobre todo en el mismo Chile, al interior del país, desde el mismo 11 de septiembre de 1973 en La Moneda, defendiendo la democracia y el proyecto popular encarnado en el glorioso Presidente Salvador Allende, el primer combatiente desde ese día, generaron condiciones y elementos materiales para ir dando cuerpo, cada uno en sus trincheras y sus capacidades, a la consolidación de una política militar que en ese entonces pudiera hacer frente y combatir de igual a igual, con las armas en la mano, a la dictadura (…)
Tampoco se nos puede quedar en el olvido aquellos militares vocacionales, oficiales, suboficiales y cuadro permanente, que desde las Fuerzas Armadas respetaron, defendieron y murieron cumpliendo su promesa de defender la Constitución, la legitimidad del presidente de la República y su amor a la patria. Muchos de ellos también proyectaron su compromiso en tareas internacionalistas (…)
El compromiso revolucionario de quienes comenzaron a transitar por los vericuetos de la estrategia y táctica militar, no podía quedarse impávido ante las luchas que el tercer mundo libraba, y consecuentes con esto de que “patria es humanidad”, los y las compañeras no dudaron en marchar al frente de las luchas revolucionarias con expresión armada de varios pueblos.
La derrota de Somoza en Nicaragua, y posteriormente la defensa frente a la agresión contrarrevolucionaria financiada y dirigida por los Estados Unidos, la lucha del pueblo salvadoreño, la guerrilla colombiana y la defensa de la independencia de Angola, contó con la presencia de decenas y cientos de compañeras y compañeros, algunos de los cuales ofrendaron sus vidas en tierras lejanas, en esos pueblos hermanos, cumpliendo la promesa hecha por el Che de “luchar contra el imperialismo donde quiera que este se encuentre” (…) Sin duda alguna, cada uno de nuestros héroes y heroínas que dejaron nuestro continente rociado con su sangre y su vida lo hicieron con la claridad y la convicción, con la mirada, el corazón y la mente puesta en Chile, la liberación de nuestro país, nuestra tierra, nunca, dejo de ser la “misión principal” para cada uno de nosotros y nosotras (…)
Al interior del país y con un arrojo digno de héroes, hubo quienes, aún en esos años, sin tener preparación especial en materia combativa, opusieron resistencia armada. Estos compañeros y compañeras sabían que, aplicando la tesis martiana “la mejor manera de decir es hacer”, hacían resistencia armada a la violencia brutal del Estado terrorista. Fueron también, qué duda cabe, esos y esas compañeras, parte imprescindible, heroica y generosa de la Tarea Militar. Los y las combatientes, los compañeros que prestaban sus casas, a riesgo de muerte y tortura no solo de ellos, también sus familias, aquellos que compartían sus autos, sus medios materiales o simplemente una fachada, dieron forma y fondo al componente militar. Es en ellos donde encontramos de verdad lo mejor de nuestro pueblo, ese pueblo silencioso pero rebelde, humilde pero orgulloso de su esencia. Esos héroes y mártires que sin preparación ni formación técnica actuaban con la agudeza de la mejor academia y la entrega del más convencido combatiente, fueron un verdadero ejemplo para todo el quehacer político de Chile y para todo el movimiento popular, fue la chispa que inició el principio de la caída de Pinochet.
En ese fragor, en ese acumulado de experiencias y acciones concretas del pueblo, toma forma y decisión la POLÍTICA DE REBELIÓN POPULAR DE MASAS, a comienzos de la década del 80 y la maduración viable en los años de mayor alza en la lucha del pueblo Chileno la tesis de la SUBLEVACION NACIONAL, que crece a lo largo de Chile, en masividad y profundidad, lo que permite la concreción de nuevas formas orgánicas de lucha, y una de ellas en un nivel superior, es en ese momento de maduración social y política que nace el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, mayor referente de la oposición militar al régimen de Pinochet.
El componente militar en la lucha popular tomaba nombre, bandera y cuerpo, y concurrió con acciones militares reales a defender los intereses del pueblo, acciones de propaganda armada, apagones, recuperaciones populares y masivas, tomas y liberación de territorios, por nombrar algunos; u otras de mayor envergadura y resonancia comunicacional, como la internación de armas, el intento del tiranicidio al dictador Pinochet, fugas de distintas instalaciones carcelarias del pinochetismo y por supuesto la protección de manifestaciones populares, grandes acciones de autodefensa de masas de cientos y miles de compatriotas, hombres y mujeres decididas de nuestro pueblo, fueron acciones programadas, preparadas y ejecutadas por nuestros cuadros, fueron espacios en donde la Tarea Militar y los diversos estamentos armados del pueblo estuvieron presentes.
Fueron las masivas expresiones populares, las protestas nacionales, las acciones armadas de nuestra tarea militar y en justa y trascendente dimensión, la fuerza armada del pueblo, las que abrieron paso a una situación revolucionaria, y que obligaron a los poderes político–económico–militar, con la venia de los Estados Unidos, impulsores del golpe y sostenedores del tirano, a caminar hacia una salida pactada.
No nos arrogamos todo el mérito del término de la dictadura de Pinochet, pero tampoco nos dejamos engañar por el discurso hegemónico de que la tiranía fue derrocada solo con un lápiz y un papel, porque aún ese lápiz y ese papel habían sido hijos, estaban sostenidos, serían defendidos por las piedras, las marchas, las luchas, las barricadas y las acciones armadas, fusil en mano, por miles de chilenas y chilenos que jamás dudaron en ponerse en la “primera línea”, jamás dudaron en poner el “pecho a las balas” por cumplir el anhelo de un Chile Libre y al servicio de millones.
La salida del tirano, no trajo a Chile, toda la alegría prometida, y más aún, se pretendió, apagar y olvidar, con discursos ambiguos, con presiones políticas, con “oficinas” de persecución y con mucha, pero mucha mentira y olvido, a quienes soportaron en sus hombros la tiranía y su caída, se pretendió olvidar y denostar a miles de los mejores hijos de nuestra tierra, entre ellos nuestros cuadros militares, llegando a la ignominia de pretendernos aventureros personales y poner un manto de duda al aporte incalculable del componente militar en la rebelión de nuestro pueblo (…)
Pensar hoy día en una política revolucionaria, sin duda es más complejo. Los dispositivos de dominación del capitalismo se han ampliado y sofisticado y entre ellos el de la violencia. Nos debemos preparar de nueva forma, teórica y prácticamente, pero siempre al calor de los avances propios del movimiento y la movilización social (…)
Soplan vientos de guerra y estamos inmersos en una transición de época que conlleva todos los traumas propios de la violencia institucionalizada en la lucha por el poder. Nuestra región sigue siendo el teatro de operaciones privilegiado del imperialismo estadounidense y sus sucursales capitalistas nacionales. Las políticas de seguridad interna, la concepción de las políticas de defensa, las conformaciones de las fuerzas armadas siguen operando bajo ese paradigma. Se debe levantar una concepción alternativa, popular y democrática al respecto.
Las guerras han seguido masacrando a la humanidad: hoy podemos enumerar varias, pero la barbarie en Gaza a vista y paciencia de todos es el ejemplo más cruel.
Aprovechamos esta tribuna, además, para reivindicar y redoblar nuestra solidaridad y compromiso con la justa y heroica lucha que por decenas de años lleva incansablemente el pueblo Palestino. Toda nuestra hermandad con la justa lucha del pueblo y la causa palestina (…)
La decisión política que llevó a la concreción del inicio de la Tarea Militar no puede quedar en un lindo y heroico recuerdo, no es una quimera, no es algo del pasado. Hoy se transforma en un desafío más complejo, pero ineludible. Hoy es pensar en el Estado, en las instituciones formales, en la sociedad civil, en la cultura de la violencia, en la subjetividad de las personas, en la política internacional, en la paz, etc. Es algo muy presente, absolutamente necesario e irrenunciable para todas aquellas y aquellos que desean cambios profundos y radicales en nuestra patria y nuestros pueblos hermanos (…)
A más de cinco décadas de haber aprendido la lección a sangre y fuego, muchos de los hoy acá presentes, actores principales, heroicos combatientes, a la distancia de una vida que muchos no lograron vivir porque quedaron heroicamente en el camino, entendiendo que la conquista de una nueva sociedad es tan compleja y difícil como su defensa, asumiendo que las derrotas para los revolucionarios son pasajeras, como dice nuestra consigna como Comité de Iniciativa por los 50 años de la Tarea Militar, conmemoramos y sobre todo REIVINDICAMOS ese pasado glorioso, pero además nuestra intención es redoblar los esfuerzos y nuestra entrega, porque lamentablemente aquella hermosa misión en la que nos jugamos por completo, misión de derrotar la dictadura y construir un Chile distinto, aún no ha sido cumplida (…)
Las nuevas generaciones, la heroica generación de la REVUELTA POPULAR, nos está mirando, está esperando nuestro granito de arena y por dignidad y decoro debemos estar a la altura de los designios de los grandes y profundos cambios en nuestro pueblo, al servicio de millones.
Cualquier cambio profundo, en Chile u otro lugar, sólo se producirá si los trabajadores y trabajadoras de toda condición están en posesión, en su mayoría, de una actitud decidida, de vigor, de coraje. ¿Estamos hablando muy descabellado? ¿Nos acomodamos a la idea de que esta sociedad actual es la que soñaron nuestros padres y nosotros mismos? Compañeras y compañeros: hay espacio para recuperar los sueños y las utopías de una sociedad de igualdad, de eso podemos estar absolutamente seguros. Y luchar por ello.
Reivindicamos hoy, a nuestros hermanos y hermanas caídas, reivindicamos nuestra lucha y nuestro aporte a la historia de Chile, reivindicamos la historia latinoamericana, reivindicamos al compañero Allende con su fusil en mano, reivindicamos a cada uno y una de las luchadoras y luchadores que hasta el día de hoy mantienen la dignidad en alto y la consecuencia al tope, reivindicamos a los que no han conciliado ni se han vendido al sistema por unas migajas, reivindicamos a cada uno y una de esas compañeras que llevan mucho más de 50 años soñando y sobre todo luchando por esos sueños inconclusos de una patria hermosa y pujante, una patria SOCIALISTA (…)
Saludamos a LAS NUEVAS GENERACIONES en lucha que toman el bastión de continuidad de los procesos de cambio, saludamos a las mujeres que han logrado imponer ética y dignidad en la lucha de emancipación y saludamos a cada una y uno de los que no claudican y ponen su grano de arena para seguir aportando al sueño del CHILE JUSTO Y DIGNO, con las enseñanzas y logros de la TAREA MILITAR.
Santiago, 18 de abril de 2025.
Crónica Digital.