Por Marcel Garcés Muñoz
Hemos despedido a un hombre , un líder político, uno de los indispensable en la vida de generaciones de chilenos, de quienes tuvimos la oportunidad y el privilegio de conocerle en su ámbito político, humano, personal, de luchador por la democracia, de un ser humano de una plenitud democrática, de un ser revolucionario, de un hombre comprometido con la humanidad, con la generosidad, la bondad y una inconmobible certeza en la victoria de la justicia, de seguridad en el triunfo de la lucha por un mundo mejor.
Militante comunista desde su juventud, entregó su conocimiento, su labor diaria, militante, académica, su disciplina creativa, su pasión, su perspectiva de la vida, de su misión personal al servicio de una causa,. De las mejores causas humanistas y revolucionarias.
Su pensamiento y su obra, su compromiso militante, su aporte intelectual a la elaboración de un proyecto ideológico, político, organizativa y teórica y práctica, lo posicionó entre los intelectuales revolucionarios chilenos, aunque no haya sido justipreciado por algunos que no miraron la riqueza de su pensamiento y acción con la perspectiva de futuro, que hoy es posible considerar.
En los actos de su despedida de su permanencia en la tierra junto a las banderas del que siempre fue su Partido , al que nunca- y en cualquier circunstancia abjuro-, estuvieron el emblema del club Universidad de Chile, siempre presente en su vida y al que acompañó también en sus vicisitudes y encrucijadas, de la pasión agitadora del “No más AFP”, de los jóvenes estudiantes, que recibieron su severa formación académica.
Pero también estuvimos allí, rindiéndole honores los que aprendimos con él, en “El Siglo”, -en tiempos complejos difíciles de asumir en nuestra juventud plena de interrogantes y porque no decirlo, dudas y rebeldías, el proceso de análisis de reflexión, de búsqueda de certidumbres en nuestro ideario, de certezas en un camino que iniciamos, más de una generación,, hacia un objetivo superior
Su escucharnos, su recepción afectiva, incluso podría decir, cariñosa nos reconcilio no solo con prácticas de “ordeno y mando”, a una disciplina sin reflexión o convencimiento, y quizás nos formó en una disciplina de trabajo periodístico y político, con un compromiso militante, que nos permitió enfrentar, luego, los desafíos que nos impuso la historia, la dictadura militar-facista, a muchos la prisión, la tortura, la muerte, el exilio o la clandestinidad.
Un capitulo que tampoco se puede olvidar fue tu aporte en Radio Berlín y Radio Moscú, en el programa Escucha Chile, en la lucha comunicacional, periodística, donde participo de manera magistral en el análisis crítico de las políticas económicas implantadas manu militari por las oligarquías económicas del país y del Imperio.
Tampoco podemos dejar pasar tu aporte- que en silencio tuvo que ser- a la lucha del pueblo chileno, en el país y en el exilio, a través de la lucha política y de las masas, y su combinación creadora con el derecho a la rebelión popular, por la recuperación democrática en el país, y la derrota de la dictadura.
Gracias, Hugo, por tu ejemplo, por tus enseñanzas, por el ejemplo de tu vida, tu compromiso con el porvenir de Chile, tu Patria y tu sueño.
Tenemos un camino, un compromiso y un futuro.
Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 31 de marzo 2025
Crónica Digital