Los recortes de ayuda de Estados Unidos a programas sanitarios globales amenazan la vida de millones de personas por males como malaria, VIH y tuberculosis, dijo hoy el director general de la OMS, Tedros Adhanom.
En conferencia de prensa, el directivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que en muchos países la brusca pérdida de fondos estadounidenses amenaza con revertir los avances en el control de enfermedades, las tasas de inmunización, la salud materno-infantil y la preparación para emergencias.
Se refería específicamente a los recortes en la financiación directa de Estados Unidos a los países a través de la Usaid, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y otras agencias.
Señaló que muchos de los logros conseguidos en los últimos 20 años en la lucha contra la malaria están ahora en peligro, pues hay graves interrupciones en el suministro de medios de diagnóstico, medicamentos y mosquiteros tratados con insecticida.
El país norteño ha sido el mayor donante bilateral en la lucha contra la malaria en las últimas dos décadas, ayudando así a la prevención de unos dos mil 200 millones de casos y 12,7 millones de muertes.
Igual ocurre con el VIH, ya que la suspensión de la mayor parte de la financiación del Pepfar, el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del Sida, causó la interrupción inmediata de los servicios de tratamiento, pruebas y prevención del VIH en más de 50 países.
Las interrupciones de estos programas podrían acabar con 20 años de progresos, y provocar más de 10 millones de casos adicionales de VIH y tres millones de muertes relacionadas con el virus.
En cuanto a la tuberculosis, 27 países de África y Asia se enfrentan a “colapsos devastadores en su respuesta, con escasez de recursos humanos, interrupciones en el diagnóstico y el tratamiento, colapso de los sistemas de datos y vigilancia, y deterioro de la vital labor de participación comunitaria”, apuntó.
Tedros Adhanom explicó que la administración estadounidense “está en su derecho de decidir qué apoya y en qué medida”, pero también tiene la “responsabilidad de garantizar que, si retira la financiación directa a los países, lo haga de una forma ordenada y humana que les permita encontrar fuentes alternativas de financiación”.
Solicitó al país reconsiderar “su apoyo a la sanidad mundial, que no sólo salva vidas en todo el mundo, sino que también hace que Estados Unidos esté más seguro, al evitar que los brotes se propaguen internacionalmente”, apuntó.
Ginebra, 17 marzo 2025
Crónica Digital/PL
