En el libro “El Loco”, el periodista Juan Luis González narra que Javier Milei asegura que fue el mismísimo Dios, a quien denomina “El Uno”, quien le ordenó presentarse a Presidente de la Argentina. Sin embargo, pareciera que fue otro ser del mundo espiritual quien le impartió aquella instrucción, pues la situación del país trasandino más bien se asemeja hoy al averno (término con el que también se conoce al infierno).
Desde un tiempo a esta parte, la Unión de Jubilados en Lucha había emprendido la práctica de realizar cada miércoles en la tarde, en los alrededores del Congreso de la Nación ubicado en el microcentro de Buenos Aires, una movilización para rechazar el veto del presidente Javier Milei a una reforma previsional, denunciar el vaciamiento del Programa de Atención Médica Integral que entregaba medicamentos a los jubilados y la creciente imposibilidad de muchísimas personas de llegar a fin de mes como resultado del salvaje ajuste emprendido por el régimen.
Ello, en un contexto marcado por la realidad, develada por el último informe oficial del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, de una tasa de pobreza del 52,9% y una tasa de indigencia del 18% (42,5% y 13,6%, respectivamente, medido en términos de hogares).
Cada miércoles, el Gobierno desencadenaba una brutal represión contra aquellos adultos mayores, desproporcionada en la intensidad de la violencia represiva, como respecto del tamaño del dispositivo policial, integrado por la Policía Federal, la Seguridad Aeroportuaria, la Prefectura Naval y Gendarmería. Las imágenes de las y los ancianos gaseados y golpeados cruelmente fueron provocando irritación en una población hastiada del constante aumento de carencias de todo tipo en la vida cotidiana.
Así las cosas, hinchas de las barras de varios clubes de fútbol anunciaron que marcharían el 12 de marzo en defensa de los adultos mayores. El primer paso fue dado la semana anterior por seguidores del club Chacarita bajo la consigna “¡Basta de pegarle a los viejos”.
El primero en reaccionar fue el Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, la misma que Milei llamó “montonera asesina”. Publicó un comunicado en el que advertía que “implementará estrictas medidas (sic) para garantizar el orden”. Además, alertaba sobre la posibilidad de detener y aplicar la restricción de concurrencia a todo evento deportivo y la prohibición de ingreso a los estadios de fútbol en todo el país a quienes se considerase que violaron la ley o generaron violencia.
Un gigantesco cerco policial arremetió con toda violencia contra las y los jubilados, jóvenes seguidos de clubes de fútbol como Racing, Independiente, Boca Juniors y Chacarita. A ellos se sumaban los integrantes de organizaciones sindicales y sociales, militantes del peronismo y la izquierda, y veteranos de la Guerra de las Malvinas.
En Chile se espera con ansías los comentarios de Evelyn Matthei, que hace poco más de un mes elogio a Milei en Panamá, señalando: “Argentina va a lograr el crecimiento en un tiempo récord”. También se anhela conocer los siempre sesudos análisis de Axel Kaiser, que hace tres semanas dijo que “lo de Milei es un milagro”. Como se sabe, el mismo ha dicho que es “académico asociado” de la Fundación Faro, especie de think thank del ocupante de la Casa Rosada.
GUERRA CONTRA EL PUEBLO
La sede del Poder Legislativo, en las calles Callao y Rivadavia, fue rodeada tempranamente con vallas y las fuerzas represivas no tardaron en usar gas lacrimógeno, bastones y escopetas antimotines contra los manifestantes. También desplegaron camiones hidrantes y toda clase de vehículos.
Una mujer de 87 años fue trasladada al Hospital Argerich luego de ser golpeada en la cabeza por un policía, sin que mediara provocación. El fotógrafo Pablo Grillo recibió el impacto en la cabeza de un cartucho de gas lacrimógeno, lo cual le provocó una fractura, debiendo ser sometido a una cirugía en el hospital Ramos Mejías. También habría casos de personas con daño ocular.
Unas 150 personas fueron detenidas. En el colmo del descontrol el régimen de Milei intentó imputarlos de “sedición” (sic). La magistrada del Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas número 15, Karina Andrade, ordenó la inmediata liberación de los 114 detenidos. “Se encuentra en juego un derecho constitucional fundamental como es el de la protesta, a manifestarse en democracia y a la libertad de expresión”, señaló.
La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) exigió la liberación de los presos, entre quienes se encuentra el Secretario General de esa entidad gremial, Daniel Catalano. “Este Gobierno criminal atenta contra todas las leyes. La violenta represión de hoy supera todos los límites, hiere a la democracia de nuestro país. Tienen que saber que podrán usar palos, gases y balas, pero no van a poder reprimir los crecientes y justos reclamos de los jubilados”, señaló el titular nacional de ATE, Rodolfo Aguiar.
Lo ocurrido fue condenado de inmediato por la Mesa de Organismos de Derechos Humanos, las Abuelas y las Madres de la Plaza de Mayo, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y la CTA- Autónoma, entre otras agrupaciones. Las entidades sindicales acusaron al régimen de “hacer pasar a sangre y fuego el ajuste contra los jubilados y el pueblo”.
El Servicio Paz y Justicia, cuyo titular honorario y vitalicio es el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, indicó que la magnitud de la violencia “nos hace dudar si realmente estamos frente a un Estado de derecho, en un sistema democrático”.
Más tarde, el representante para América del Sur del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, expresó en un comunicado: “Según la información recibida por nuestra oficina, participantes de la manifestación se vieron expuestos a un uso indiscriminado de la fuerza por parte de la autoridad. Muchos manifestantes eran personas de edad avanzada que exigían pacíficamente derechos sociales en materias de jubilación y salud”. En este sentido, enfatizó que el uso de la fuerza “debe en todo momento respetar los principios internacionales de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación y rendición de cuentas”.
En una tácita referencia a las amenazas de Bullrich a la jueza Andrade, el representante de la ONU sostuvo que las personas sostenido que las personas fueron detenidas y liberadas luego “al no hallarse evidencia de que cometieran delitos”. En ese sentido, “recordamos la importancia de la independencia judicial en la garantía de los derechos de participación, el control de la legalidad de las detenciones y de las actuaciones policiales”.
En medio de la arremetida policial del 12 de marzo, y cuando caía la noche, se multiplicaron marchas espontáneas de manifestantes por Avenida Corrientes hacia el Obelisco, mientras que otros se dirigían a la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada. En los barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en toda la Provincia y en otras ciudades del país trasandino, como Mendoza, se registraron cacerolazos.
Se oía el grito “¡Que se vayan todos”. Igual que en el estallido social que terminó con el Presidente Fernando de la Rúa escapando de la Casa Rosada en un helicóptero.
En la foto: el plantel de Independiente, uno de los cinco grandes del fútbol argentino, solidariza con Pablo Grillo.
Buenos Aires y Santiago de Chile, 16 de marzo de 2025.
Crónica Digital.