
Martínez fue arrestado el 1 de octubre de ese año y llevado primero al cuartel de investigaciones de Antofagasta y luego a la cárcel de esa misma ciudad, donde lo mantuvieron casi un mes y lo sometieron a interrogatorios y torturas físicas y psicológicas.
“Me hicieron cosas terribles que ningún ser humano merece vivir, como simulacros de fusilamiento, golpizas con extrema violencia, el callejón oscuro”, dijo la víctima.
Después de salir de ahí no le volvieron a dar trabajo y debió viajar al exilio en Europa.
Por este hecho el decimocuarto juzgado de Santiago condenó al fisco a pagarle 40 millones de pesos (unos 41 mil dólares) a Martínez, tras establecer que fue víctima de un crimen de lesa humanidad, imprescriptible tanto en lo penal como en lo civil.
En el fallo del juez Osvaldo Correa afirmó que la prisión política y tortura lo afectó a corto y largo plazos y le provocó un daño psicológico intensa por vivir una experiencia límite que expertos han denominado como trauma extremo.
Santiago de Chile, 3 de marzo 2025
Crónica Digital/PL