Una macabra escena encontraron a las 9:00 de la mañana del lunes los agentes de seguridad de la Gendarmería de Chile cuando abrieron la celda 21 del módulo 42, que compartían Vincent González Aguirre y Diego Valdés San Martín, en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Bío Bío, ubicado en la provincia de Concepción, al centro sur de ese país suramericano.
La dantesca escena que hallaron los uniformados era así: el cuerpo de Vincent, de 27 años de edad, estaba decapitado y tirado en el suelo junto a una pared con un ‘666’ escrito con sangre, acompañado de una estrella pentagonal y una aparente biblia. Su cabeza cortada había sido colocada con la mirada hacia la puerta de salida, reseña el medio local Bío Bío.
Los gendarmes detuvieron de inmediato la rutina de apertura de celdas y el resto de los privados de libertad vieron en el pasillo al otro hombre que completaba el terrorífico escenario: Diego, un violento reo de 41 años conocido por el alias ‘el Indio Loayza’, condenado por homicidio y porte ilegal de armas.
Parecía estar “como endemoniado”, dijo uno de los funcionarios que participaron en el levantamiento forense del lugar de los hechos.
“No se trataría de crimen organizado, sino más bien de una situación particular que hay que investigar”, dijo por su parte el fiscal del caso, Michelangelo Bianchi, citado por Bío Bío, quien añadió que para esclarecer el crimen es necesario un exámen psiquiátrico de Valdés.
Antecedentes de violencia
El prontuario de violencia de Valdés, señalado como principal sospechoso del crimen mientras se realiza la respectiva investigación penal, incluye el asesinato con arma de fuego de Jeremy Santa María Jamett, a quien el homicida le propinó dos disparos en el tórax.
Ese hecho, que llevó a la cárcel a Valdés, ocurrió a inicios de 2022, cuando Santa María, quien era miembro de un grupo delictivo, lo contrató para enfrentar a una banda rival. Sin embargo, aquel día los adversarios no llegaron y ambos terminaron consumiendo alcohol y drogas en un departamento en la ciudad de Arica.
Al ser procesado, Valdés declaró que terminó por dispararle a su compañero porque en un determinado momento pensó que Santa María le quería quitar el arma, pues lo vio “demasiado cerca” de él. Por ese hecho, ‘el Indio’ fue condenado a 12 años de cárcel por el delito de homicidio simple y a otros cuatro años por porte ilegal de arma de fuego prohibida, una Glock 25 calibre .380, que él llamaba “juguete”.
La violencia de Valdés no se detuvo ahí. Ya encarcelado, su historial delictivo solo ha crecido. Antes del asesinato de Santa María, totalizaba 15 sanciones por resistencia a la autoridad, riñas y uso de armas blancas, así como la fabricación de cuchillos artesanales, como el que habría utilizado para matar a su compañero de celda.
También ha sido castigado por introducir al penal elementos prohibidos como celulares y por dañar deliberadamente dependencias de la cárcel, al intentar cortar los barrotes de la puerta de su celda y ventana y la parrilla de su cama. Por todo esto, la Gendarmería lo calificaba como “un reo de alto compromiso delictual”.
Entre tanto, Vincent González Aguirre había llegado a la cárcel tras ser condenado en julio de 2022 a 10 años por robo con intimidación, más otra pena de cinco años por tráfico ilícito de drogas, que iba a cumplir en un penal de Arica. Sin embargo, en marzo de 2023, Gendarmería decidió trasladarlo a la cárcel de Bío Bío porque lo catalogó como un “líder negativo” que instaba a otros reos a provocar motines.
Santiago de Chile, 11 de diciembre 2024
Crónica Digital/RT.com