Para algunas naciones occidentales la industria china de vehículos eléctricos lo ha hecho todo mal: precios competitivos, alta tecnología e innovación y presencia por miles en casi cualquier país.
Por Isaura Diez
Corresponsal jefa en China
Como no existe capacidad de hacer frente al liderazgo del gigante asiático en el sector, la medida más factible para contrarrestar ese impulso son los aranceles.
Canadá aplicará tarifas adicionales del 100 por ciento a los vehículos eléctricos importados desde China y la Unión Europea (UE) votó a favor de otros gravámenes.
Ottawa alega que las subvenciones industriales chinas llevaron a un exceso de capacidad de producción de carros eléctricos baratos, lo cual inundó el mercado, creó una competencia desleal y devino amenaza para la industria automotriz del país norteamericano.
Similar justificación utilizó la Comisión Europea para convencer al bloque de aprobar aranceles adicionales provisorios de hasta un 35 por ciento a vehículos eléctricos chinos, que se añadirían a la tasa ya existente del 10 por ciento.
La votación mostró a una Unión Europea dividida sobre este particular ya que 10 países dijeron sí a la medida (entre ellos Italia, Francia y Polonia), 12 se abstuvieron y cinco la rechazaron (incluidos Alemania y Suecia).
El Ministerio de Comercio del gigante asiático rechazó esta imposición y calificó la medida como proteccionista, injusta y poco razonable.
Por su parte, el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional abogó por saldar el diferendo mediante el diálogo y la negociación, en busca de una solución que respete los intereses comunes y se ajuste a las normativas de la OMC.
Aunque los equipos técnicos de ambas partes aún mantienen comunicación sobre el tema, no han llegado a un acuerdo aceptable para los dos bandos en medio de las preocupaciones de una guerra comercial Europa-China.
De hecho, las autoridades del gigante asiático advirtieron que la imposición no solo afectará las relaciones comerciales entre ambos, sino que también impactará negativamente los esfuerzos globales para enfrentar la crisis climática.
Algunos analistas calificaron como rápida contramedida el anuncio de Beijing de aranceles provisionales a importaciones de brandy desde la UE, una decisión que afectaría principalmente a Francia, líder exportador de esa bebida a China.
¿EXCESO DE CAPACIDAD INDUSTRIAL?
Las preocupaciones sobre el “exceso de capacidad” de producción de China son enarboladas de forma constante por Estados Unidos, así era de esperarse que sus principales aliados le secundaran.
Durante su visita de Estado a Francia en mayo pasado, el presidente chino, Xi Jinping, insistió en que este supuesto no existe, “ni desde el punto de vista de la ventaja comparativa ni a la luz de la demanda global”.
En ese sentido, el dignatario manifestó a sus interlocutores en el Palacio del Elíseo que la industria china en el ámbito de las energías renovables permite aumentar el suministro mundial y atenuar la presión inflacionaria.
Por su parte, el portavoz de la Cancillería Lin Jian apuntó que la industria de vehículos eléctricos de China se desarrolló rápidamente gracias a la innovación tecnológica continua, un sistema de cadenas de suministro perfeccionado y una “competencia de mercado plena”.
“La hoy llamada capacidad industrial excesiva sobre la que se sustenta la investigación antisubsidios llevada a cabo por Europa carece de fundamento”, afirmó el ministro de Comercio, Wang Wentao.
La acusación de distorsión del mercado en contra de China es el resultado de una mentalidad distorsionada, señaló el titular e insistió en que la referida investigación constituye un ejemplo típico de proteccionismo comercial.
Según datos oficiales, el gigante asiático es el mayor productor y consumidor de vehículos eléctricos en el mundo.
Para fuentes especializadas, el rápido desarrollo de la industria no es producto de subsidios, sino el resultado de la ventaja comparativa y las leyes del mercado.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio, China posee un sistema industrial completo, lo que permite al sector de vehículos eléctricos contar con una amplia reserva tecnológica, una cadena industrial robusta y una competencia de mercado suficiente.
Las investigaciones de esa cartera aseguran que lo anterior reduce significativamente los costos de producción, generando efectos de escala y promoviendo una rápida innovación tecnológica.
Un ejemplo de esto es el fabricante BYD. Hasta 2023 la inversión en investigación y desarrollo de esa empresa superó los 140 mil millones de yuanes (19,662 millones de dólares), con más de 100 mil empleados dedicados a I+D y unas 30 mil patentes autorizadas, reflejaron cifras de la compañía.
Para la parte china, es la innovación lo que ha llevado a BYD a competir de igual a igual con marcas tradicionales como Volkswagen, Toyota y Tesla.
La compañía dijo que las ventas de agosto aumentaron un 30 por ciento interanual a 370 mil 854 automóviles de pasajeros, con una mayor demanda de la versión de los híbridos.
Por otro lado, BYD anunció que venderá unos cuatro millones de carros este año, lo que sugiere una revisión al alza del 11 por ciento del objetivo fijado a principios de 2024.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA
En declaraciones a Prensa Latina, Sun Yiting, miembro del consejo de la Sociedad China para Ciencias Medioambientales dijo que uno de los logros más notables del país fue el impulso a las energías renovables.
“Hemos logrado una excelente transición energética, equilibrando el desarrollo de estas fuentes con la seguridad energética”, comentó.
En opinión del también miembro permanente del Comité Profesional de Inversión y Financiación Climáticas de la Sociedad China de Ciencias Medioambientales, la transformación industrial es un pilar fundamental en este proceso.
“Ahora tenemos muchas industrias verdes y bajas en carbono, como los automóviles eléctricos y las baterías de litio”, afirmó y mencionó además la construcción verde y el transporte sostenible como áreas clave en la reducción de emisiones.
Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía (AIE) destacó el rol clave del país en el desarrollo de los vehículos eléctricos.
Los documentos de este organismo titulados “Panorama Energético Mundial” e “Informe de Energía Renovable 2024” subrayaron que el mercado energético mundial está entrando en la “era del poder” liderada por China.
Incluso medios de prensa de Occidente como The New York Times reconocen que en el área de la energía solar el mundo instaló 425 gigavatios en 2023: “China representó 263 gigavatios; Estados Unidos representó solo 33”, refiere el artículo.
De acuerdo con reportes especializados, el país asiático avanza en el cambio hacia una industria de energía más sostenible en cumplimiento con el objetivo nacional de “carbono dual”.
Esto tiene que ver con alcanzar el pico de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060.
Beijing, 26 de octubre 2024
Crónica Digital/PL