Por Marcel Garcés Muñoz
La Jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, representa una fuerza bélica amenazante para la soberanía de los países latinoamericanos, una potencial fuerza de ocupación para imponer el Orden del país del norte, dictar doctrina y ejecutar planes de dominio militar en la región, Richardson, dio a conocer a través de una extensa entrevista programada para El Mercurio, (31-agosto, 2024), los nuevos parámetros del accionar colonialista de ese organismo castrense del imperio, en una nueva versión de los objetivos permanentes militares, económicos y políticos, de dominación o subordinación, en particular de sus estructuras políticas, gubernamentales y sobre todo militares.
Justo en momentos cuando se desarrollaba en el espacio marítimo de Chile la Operación Unitas 65- la misma que estuvo merodeando frente a las costas de un Chile convulsionado por el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973, financiado, manipulado, estimulado y, con toda certeza, orientado por la potencia imperial, la generala impone una nueva orden de combate, objetivos estratégicos, operacionales y tácticos dispuestos por el Pentágono para sus “socios “, en realidad obedientes subordinados, en el Teatro de Operaciones militares en los “soberanos” mares y espacios chilenos, el Pacifico Sur, más allá de un provocador agitar de sus banderas, sino en realidad de la distribución de responsabilidades bélicas de que el Comando Sur estadounidense estima y ordena, impone, que debían ser asumidos por las “fuerzas nativas” subordinadas en la alianza bélico-política y una Doctrina de Seguridad Hemisférica, por las fuerzas navales, los militares de cada país, en el marco de una doctrina estratégica de intervención colonialista, de carácter global, impuesta por los que mandan y ponen los dólares en esta fiesta.
La acción del Pentágono, de la alianza agresiva OTAN, la telaraña de bases militares de los diversos comandos militares de Estados Unidos, los objetivos imperiales de sus guerras en Ucrania, el Medio Oriente, utilizando las fuerzas militares de los países cautivos de Europa en el mundo occidental, en Asia, Africa, Palestina y el Medio Oriente, incluyendo sus predilectos agentes genocidas de Israel, sus ejercicios de guerra en los diversos espacios marítimos, territorial, espacial, cósmico, y sobre todo la intromisión de una guerra sicológica generalizada y su acción subversiva e imposición de una política intervencionista y una estrategia, una doctrina económica su servicio a su servicio y beneficios a sus transnacionales, confirman una acción y objetivos imperiales de un poder total, sin fronteras, sin escrúpulos, sin límites morales, sin respeto por los derechos humanos, por la paz, la seguridad internacional, la vida y la seguridad de las personas, y por cierto, sin preocupaciones por las buenas maneras.
El espacio latinoamericano, por cierto sigue siendo un objetivo de subordinación regional, política y militar, además de espacio para el saqueo económico, y penetración cultural, en esta doctrina de guerra de dominación global, en una versión operativa de guerra interna, por medio del genocidio, como en Chile del 73-90, o en Argentina, Colombia, Panamá, Guatemala, Cuba, México, Brasil, etc.
La metodología imperial puede ser diversa: terrorismo, subversión, criminalidad, narcotráfico, sedición, golpismo, acción de bandas paramilitares, mafias delictuales, el narcotráfico internacional, corrupción de cúpulas oligárquicas, políticas, militares, comunicacionales, y hasta “académicas”, pero finalmente se recurre al recurso de la fuerza.
Coincidentemente, Juan Pablo Toro, un analista “especialista” en temas en temas de estrategia o doctrina militarista del periódico, sirve de coro a la prédica de la señora Richardson, para promover, “coaliciones marítimas para aguas agitadas”, en la misma página de la sección interna
cional del 31 de agosto, del 2024, y, sobre todo, la vieja argumentación colonialista, de “defensa colectiva”, apuntada a la siempre esgrimida “amenaza rusa” y a China´. Para no hablar de la “amenaza” de una Venezuela y una Cuba Soberanas, o de los gobiernos de Colombia, Brasil, Chile, Honduras, Nicaragua.-
Toro argumenta, que “como ni la Armada más poderosa del mundo puede hacerse cargo de todas esas tareas (de la seguridad marítimas en la región oceánica regional)) surge entonces la necesidad de cooperar (¿o será subordinarse?) para procurar el orden en el mar, garantizar la apertura de rutas comerciales y aportar a la estabilidad del Indo-Pacífico, esto último especialmente ante países que no respetan la libertad de navegación, generalmente autoritarios”.
Para que no queden dudas, el analista mercurial, concluye, que el próximo paso ”no es menor”, y para Chile “el desafío que se impone es ir más allá del hemisferio, incluso al oeste de Hawai”, enfatizando que “si se cuenta con una Marina oceánica el próximo paso es pasar a las operaciones y despegarse de la costa”, y “lo que falta es manifestar la voluntad de un país comprometido y cooperativo con la estabilidad de la región de la cual depende su prosperidad. Pasó el tiempo de los “free riders”, de lo que se trata hoy es de construir coaliciones marítimas para aguas agitadas”.
Pero este comentario no solo trata del pasado, sino del presente. Y del futuro que se propone para Chile por los estrategas político militares de Washington.
La Jefa del Comando Sur de Estados Unidos- una especie de Virreinato para la región del aparato militar de Estados Unidos, para poner orden y dictar doctrina , y ejecutar planes de dominio militar en la región o0bjetivos fue bastante exp0licita en sus ”reflexiones” o más bien, instrucciones.
Claro, la generala Richardson, no se ha quedado en reflexiones o instrucciones sobre Doctrina o retórica cuartelera.
Vino a Chile a imponer a sus anfitriones locales, que actúan como segundones al mando, sobre que la que debería ser- según las elaboraciones política del Pentágono y su centro de pensamiento, la Rand Corporation, la red de academias que preparan los diversos estamentos de las fuerzas militares de cada país de la región, y los servicios de inteligencia que conforman la red de estructuras de influencia más o menos clandestinas, de corrupción, de chantaje, o francamente terroristas o criminales, que buscan imponer políticas, en la esfera de decisión soberana en el escenario interno , violentando la estabilidad de la institucionalidad democrática, el orden y la paz social – la verdadera naturaleza, enseñanzas, líneas de coordinación, los contenidos del enseñanza, adoctrinamiento, el sentido y espíritu de la Opetación Unitas 65 que concluyeron en medio de fanfarrias y brindis, y con una orientación estratégica global a futuro, según el Comandante en Jefe de la Armada local, Almirante Juan Andrés de la Maza, que estima como “una amenaza” de carácter global, los “ataques cibernéticos”.de eventuales ·”enemigos”.
De acuerdo al balance de la Operación Unitas 65 que publicó El Mercurio ( 14-septiembre-2024), el ejercicio naval, comandado por el Comando Sur del Estados Unidos y el Pentágono, buscó “coordinar y entrenar respuestas multinacionales ante amenazas comunes , tuvo especial foco en la ciberseguridad, , pues además de 180 ejercicios navales, aéreos y terrestres, se llevaron a cabo 24 simulaciones de ataques cobernéticos, una amenaza que los mandos militares (¿ según el libreto bélico global de Estados Unidos?) consideran real en el actual escenario global”.
En ello se habló, para preparar el ánimo de los participantes en el ejercicio, en las reuniones preparatorias, y sobre todo en la Conferencia de Seguridad Sudamericana, donde se abordó la estrategia política e intervencionista pr{oxima- pero permanente- de Washington en la región.
Ello sobre todo en materia de Defensa Nacional y Soberanía, la política de intromisión en la escena política, y en la doctrina de las Fuerzas Armadas, imponiendo una practica de accionar bélico “hemisférico” intervencionista en la política interna de cada nación, como parre integrante de la guerra total que prepara y para imponer un Orden Global Imperial.
Por ejemplo, no tiene empacho en sostener la necesidad de crear un órgano de Mando Coordinador en la región, lo que debería ser la instalación como órgano superior en el campo de la seguridad, bajo la egida militar de Estados Unidos, claro, de una especie de superinstancia de gobierno supranacional, denominado, siempre en un concepto instalado como slogan publicitario, “Team Democracia” para enfrentar, “abordar” dice, las “amenazas” para la región, como las organizaciones criminales transnacionales,, la migración irregular, el contrabando, asi como la minería, la tala y la pesca ilegales”., lo que llama “la actividad maligna”, de los enemigos del modo de vida norteamericano, es decir sus intereses geopolíticos..
Richardson habla de una alianza de Estados Unidos- con el Comando Sur dirigiendo los hilos de la trama de marionetas asumiendo un rol dirigente, “con democracias afines en la región”., básicamente con los militares y políticos convocados en la Conferencia de Seguridad Sudamericana “SouthDec “, realizado este año, con una participación aparentemente de liderazgo, de Chile y sus estructuras gubernamentales, militares y hasta policiales, y asumiendo un compromiso y protagonismo subrogrado , en una renovada “nueva” versión de la antigua y permanente orientación y doctrina del colonialismo estadounidense para la región y de la doctrina de la Seguridad Nacional o , en realidad de la “Guerra Interna” y del rol de Destino Manifiesto de los Estados Unidos..
Yo creo.- estableció- “que los instrumentos del poder nacional para un país son realmente importantes”, para Washington, claro, y ella utiliza un acrónimo, DIME, “por diplomacia, información, militar y economíco” como fundamento de su discurso imperial.
Entonces, se dirige, orienta, adoctrina, pretende comprometer a cursos completos de oficiales, suboficiales y clases en una doctrina que define como “enemigos” a sus propios pueblos, ciudadanos, trabajadores, la juventud rebelde que sueña coin un futuro superior y donde están sus padres, hermanos, familiares y amigos.
En su prédica orientada a ciertas elites proclives al dominio imperial que buscan jugar el rol de “colaboracionistas” cuyas alegaciones sobre Patriotismo, Democracia, Soberanía y Dignidad Nacional, se diluyen en frases retóricas, según la orientación demagógica del momento y los intereses propagandísticos elaborados por el Imperio y sus portavoces locales, la enviada del Pentágono y del Complejo Militar Industrial norteamericanomo dreja lugar a dudas de los reales o9bjetivos de la que busca ser metrópoli colonial en América Latina.
La generala no tiene reparos ni escrúpulos para desnudar su “catecismo” colonizador e} intervencionista, cuando señala que “cuando miras políticamente, para la situación de seguridad tienen que tener las leyes adecuadas, los mecanismos adecuados, tienes que aprobar autoridades y leyes en el congreso para poder aprobar lo que hace la policía, lo que hacen los militares.”..
Siguiendo con el manual doctrinario de instrucciones claramente políticas que se busca imponer sobre el instrumental militar y policial, y política al que se dirige en su prédica imperial , ordena que ”no pueden ser solo los militares tratando de arreglar las cosas o el lado diplomático”, sino que ”todo el gobierno tiene que trabajar en conjunto”.
Y sigue, con total descaro, en su Manual de Instrucciones Imperial: “ Y sino entonces, cómo se est{a dotando al Ministerio de Defensa y al Ministerio de I9nterior para asegurarse que tiene todo lo necesario para pode contrarrestar las amenazas. Hay mucho que hacer como Gobierno en su conjunto porque no es solo una parte de este la que va a marcar la diferencia. Tiene que ser un esfuerzo de equipo. Tiene que ser el ”Team Chile”. Ya sabes yo lo llamo el Team Democracia. Y eso es realmente de lo que se tratba esta Conferencia Southdec, el Team Democracia reuniéndose, países con ideas afines para hablar sobre los desafíos , como podemos, como podemos facilitar y ayudarnos mutuamente para contrarrestar estas amenazas criminales”
En realidad no está hablando de un tema de seguridad ante la delincuencia internacional, del mal llamado ”crimen organizado”, de las mafias del narcotráfico ( de lo cual dicho sea de paso, los Estados Unidos son un campio propicio y responsable).
Lo que intenta imponer, es una agenda que que surge de los objetivos geopolíticos regionales y globales, políticos, económicos y belicistas del Imperio, dee su complejo militar industrial,, de sus transnacionales y sus elites económicas y financieras.
También quedan claros esos objetivos no solo en las declaraciones, negociaciones o llamadas de atención o conclusiones de la Operación Unitas 65 y sus proyecciones a futuro, sino en la actividad política y conspirativa de su plana mayor de oficiales de inteligencias desplegados en estos meses y en estas acciones militares del Comando Sur de EUA a propósito de la Unitas 65 y la Co0nferencia SouthDec. Yn en otras acciones militares conocidas del Imperio respecto del Teatro de Operaciones del Pacifico Sur, en la región continental sudamericana (instalación de una base militar en la Patagonia argentina, apuntando contra Chile, y a la Antártica, por ejemplo).
De esta manera, la actitud y retórica intervencionista no es casual. Obviamente se combina con la actividad política de la general Richardson, y su plana mayor de oficiales de inteligencia y elaboradores de la política militar del mando militar estadounidense, asistentes a la Conferencia SouthDec, y a los ejercicios prácticos de la aplicación de la Doctrina Militar del Imperio, respecto del Teatro de Operaciones del Pacífico Sur, de la región latinoamericana, insertos en su Planificación Estratégica Global respecto a la Antártica, el Espacio, el dominio de los territorios, y de las riquezas regionales.
A finales del 2023, la generala Laura Richardson, señalaba “¿Por qué es tan importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, tienes el triángulo del litio, que es necesario para la tecnología actual. El 60 por ciento del litio del mundo está en el triángulo del litio: Argentina, Bolivia, Chile. Tienes las reservas de petróleo más grandes, crudo ligero y dulce descubierto en Guyana hace más de un año. Tienes los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro. Tenemos los pulmones del mundo, el Amazonas. También tenemos el 31 por ciento del agua dulce del mundo en esta región. Quiero decir, es fuera de lo común. Tenemos mucho que hacer. Esta región importa. Tiene mucho que ver con nuestra seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”.
La presencia y actividad de ejercicios bélicos, de una flota en 24 países, algunos de la OTAN, – 17 buques, 2 submarinos, y 23 aeronaves, con más de 4 mil 300 efectivos navales, en las costas de Coquimbo, Valparaíso y, Punta Arenas, además de ser una verdadera afrenta a la memoria de los chilenos que vieron a los barcos de la Operación Unitas de 1973, vigilando y protegiendo el Golpe militar empresarial del 73 contra el gobierno Constitucional de Salvador Allende y mostrando la complicidad de Estados Unidos en la destrucción de la democracia en Chile y la violación de los Derechos Humanos de decenas de miles, no puede ser olvidada.
Y confirma el rol imperial de Estados Unidos, su complejo militar industrial y su permanente estrategia de dominación colonialista, político, económico y militar.
Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 16 de septiembre 2024
Crónica Digital