Ismael Aguayo, estudiante de tercer año de sociología en la Universidad de Chile, es un activista pro palestino, quien cumplió con el rol de vocero, durante los dos meses que duró el acampe en la Casa Central de la Universidad. (desde el 15 de mayo hasta el 15 de julio). Y pertenece a una organización inter universitaria nacional e internacional. En esta entrevista se refiere a los motivos del término del acampe y las causas de no haber logrado la demanda principal, cual es que la Universidad de Chile rompa los convenios con las tres universidades israelíes que, según él, son cómplices del Estado “genocida” de Israel. Señala que esta ocupación, masacre y genocidio, contra Palestina, lleva más de 75 años y que ahora se hizo público a nivel internacional, por el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023.
-Cuáles son los logros obtenidos con los dos meses del acampe?
-Como logros que nos hayan otorgado las autoridades no mucho. Lo que nos ofrecieron al final, fue un ciclo de conversatorio y un curso cfg, que es un curso opcional. Pero nuestros reales logros no están ahí. Están en el impacto mediático que tuvo el acampe. El haber puesto el genocidio en boca de todos. Antes del acampe, nosotros nunca habíamos escuchado en los medios la palabra “genocidio”. Esto se tuvo que hablar, se tuvo que conversar. Entró en la palestra pública. Asimismo, al interior de la Universidad, los estudiantes tuvieron que empezar a discutir sobre esto. Sentimos que hubo un real proceso informativo en el que la gente vió lo que estaba ocurriendo en Palestina. Y bueno, también todas las actividades que realizamos, en las cuales asistieron gran cantidad de personas. Algunas fueron de un tinte más cultural, otras de un tono más político. Realizamos marchas gigantes por la Alameda. También el evento que hubo el día de la finalización del acampe, en el cual asistieron más de dos mil personas y con artistas muy conocidos como el Tata Barahona y Chistemc.
-Por qué disolvieron el acampe, si las autoridades, encabezadas por la Rectora Rosa Devés, no transaron en la disolución de vínculos con las tres universidades israelíes, que era la demanda principal?
-Es una mezcla de muchas cosas. En parte, ya después de dos meses, el desgaste era notorio. Las autoridades apostaron por el desgaste, apostaron por dilatar las conversaciones constantemente. se negaron siempre a otorgar nuestra petición. Y los que estábamos participando activamente en realidad ya estábamos agotados. Nosotros incluso les pedimos un plebiscito, para que la gente vote por la ruptura de los convenios. No solo los estudiantes, sino también los funcionarios, los académicos. Que toda la comunidad pudiese votar y fue imposible. Nos pusieron trabas institucionales, burocráticas. Que no se puede, que los estatutos etc. Es una suma de varias cosas, pero sobre todo la intransigencia. No se movieron ni un centímetro de su posición inicial que era “no vamos a romper los convenios”. Que no iban a romper relaciones con Israel. O sea, con la entidad sionista, con el Estado genocida. Sosteniéndose en que romper convenios iría en contra de los valores universitarios, del respeto a los Derechos Humanos y de la pluralidad. Cuando nosotros defendimos siempre que era al revés. O sea, tener convenios con universidades que apoyan al genocidio va en contra del supuesto respeto a los Derechos Humanos de la Universidad de Chile y a la pluralidad. Entonces, después de tantas reuniones en las que yo formé parte, pero que no se avanzaba nada, nos hizo pensar que debíamos cambiar nuestra forma de movilizarnos Entre esas están la realización de marchas, los eventos etc. Seguimos moviéndonos. No hemos parado de actuar como comité.
-Cómo le llamaría usted a esta posición de las autoridades intransigencia o autoritarismo?
-Yo creo que ambas palabras. Eso denota una carencia democrática enorme de la Universidad. O sea, los académicos claramente son los que toman todas las decisiones. Tienen el poder de voto en el Senado Universitario. Tienen las funciones de autoridad. Y los estudiantes y funcionarios quedamos relegados, como si no fuésemos parte realmente de la institución. En el Senado Universitario hay 7 senadores estudiantiles y dos funcionarios, pero hay 27 senadores académicos. Quizás me equivoque un poco en los números. Pero la diferencia entre el poder que tiene el estamento académico con los otros dos es enorme. De hecho, los otros dos son mucho más grandes. La universidad está compuesta principalmente por estudiantes. Y, sin embargo, ellos tienen todo el poder de decisión. Esto también ocurrió en otras instancias, como en la toma de Juan Gómez Millas y otras movilizaciones de la Universidad. Se nota la intransigencia y el autoritarismo, fundamentados en una falta democrática de la institución universitaria.
-Ustedes, como participantes del acampe, podrían catalogar a la Rectora Rosa Devés como sionista, al aceptar la existencia del Estado de Israel?
-Es una pregunta complicada. Yo no diría que son sionistas como tal, que tengan la ideología del sionismo. Sin embargo, tienen claros intereses en mantener su relación con el Estado genocida. Y eso a nivel económico y político. Completamente relacionados con la entidad sionista, con las instituciones, con instituciones financieras sionistas. Entonces, yo no diría que Rosa Devés está en la ideología del sionismo. Pero que está completamente relacionada con los poderes fácticos del sionismo, no hay duda. Por ejemplo, el banco Santander, con el que nuestra universidad está fuertemente relacionada, invierte miles de millones de euros en empresas armamentísticas israelíes. Y nuestra universidad está muy relacionada con este banco, al punto de que tenemos una deuda enorme con esta entidad. Por ejemplo, cuando uno entra a la Universidad, a uno le dan una tarjeta Santander. Entonces, yo no creo que la Rectora o las autoridades, sean necesariamente sionistas. Puede ser que haya algunos sionistas y otros no. Pero hay presiones enormes para que los convenios no se rompan.
-Entonces cómo calificarías la Universidad de Chile?
-Es una universidad que tiene su foco en el dinero, en capitalizar. No la catalogaría realmente como universidad pública si en verdad el financiamiento público de la Universidad es como un 9% más o menos. La gran mayoría es financiada por empresas, por privados, por los costos de la matrícula. Pero no diría que es una Universidad sionista.
-Cómo La podrías catalogar?
Es una Universidad que se orienta hacia lo económico, hacia la ganancia. Por mucho que nos digan que es pública, es una Universidad capitalista. Y el capitalismo está muy unido a Israel, por ser un país muy capitalista, aliado completamente con Estados Unidos.
-Pero es gravísimo que sea una Universidad capitalista.
-Claro, yo no sé si hay que usar una palabra más fuerte en verdad. Pero a mí me da pena que una Universidad que históricamente ha sido estatal, dirigida hacia educar, a poder desarrollar el país, desarrollar tecnología, ahora esté igual que todas las empresas de Chile, orientada hacia la maximización de las ganancias. Es una vergüenza y muy penoso que se aferren a los convenios con universidades que apoyan el genocidio. Con esto se demuestra que la Universidad no se orienta por valores, sino por la ganancia.
-Rosa Devés dice una y otra vez que es una Universidad pública. Y que es inaceptable cualquier tipo de movilizaciones.
-La Universidad es pública. Pero aquí en este país hay un problema de lo que significa lo público y cómo lo comprendemos. Incluso las empresas públicas en Chile, funcionan como privadas. Eso es una parte del problema y lo otro es que la Rectora está desconociendo la historia de esta Universidad, la cual siempre se ha movilizado. Ha sido una vanguardia de tantos temas nacionales e internacionales. Y ha representado siempre a los estudiantes movilizados, conscientes de la situación del país, de la situación política. La Casa Central se ha tomado en múltiples ocasiones y es destacable, por los métodos pacíficos que se utilizaron. Con el acampe nunca les impedimos el paso a los funcionarios, a los trabajadores, a los académicos. En verdad, esta posición de la Rectora desconoce la historia de la Universidad de Chile, como Universidad movilizada.
-Sin embargo, fue una noticia muy polémica al informar que ustedes marcaban con pintura en la mano a varios docentes como señal de “autorización” para ingresar a la Casa Central. Hasta al presidente le preguntaron su opinión sobre este hecho.
-Completamente falso. A todos se les dejó pasar a la Casa Central, la cual nunca cerró sus puertas, nunca. Y nunca se le marcó la mano a nadie. Es una noticia falsa. No sé qué medio la sacó.
-Si es así es una calumnia grave.
-Les hablamos diciendo eso es falso. No respondieron. Vimos si se podía hacer algo y legalmente no podíamos hacer nada. Fue una noticia falsa y nunca repararon el daño hecho. Es terrible.
-También fueron denominados como violentistas por la Rectora y las autoridades.
-Completamente falso. No hubo ningún hecho de violencia. Si es que hubo alguno aislado, fue inmediatamente desvinculado. El acampe en sí nunca fue violento. Nunca se hizo nada de lo que dijo la Rectora. Es completamente falaz.
–Y recalcaron que el acampe carecía de pluralidad, que era solo un puñado de estudiantes.
-En el acampe pudo ser que, en algunos momentos había poca gente, algún día puntual. Pero nuestras actividades eran multitudinarias. Las marchas que realizamos hasta los Héroes, con miles y miles de personas. El evento que hicimos al final, que tuvo más de dos mil personas. O sea, eso no puede ser catalogado de poco plural. Yo espero que si hay otro acampe u otra movilización de ese estilo, que haya mucho más gente. Pero hay que entender que mientras pasa el tiempo las movilizaciones se van desgastando. Pero en esta ocasión, hasta el final hicimos actividades enormes, con mucha asistencia.
-En este momento, ¿qué se está haciendo para lograr el objetivo de romper relaciones con las universidades israelíes?
-Desde el fin del acampe, nos estamos organizando con otras universidades. Por ejemplo, la USACH, la Academia de Humanismo Cristiano. Estamos haciendo una coordinación inter universitaria, para que así la lucha se vuelva más fuerte y trascienda los comités de la Universidad de Chile. La idea es hacer acciones colectivas, donde estemos todos unidos. Convertirnos en un movimiento de masa. Creo que así rectoría y las autoridades no van a poder decirnos que no. Asimismo, estamos impulsando una consulta para que, a través de una votación de los estudiantes, las autoridades se den cuenta de lo impopular que es no romper los convenios con las universidades sionistas. El término del acampe no es el término de nuestro movimiento. Seguimos actuando en solidaridad con Palestina. De hecho, se está organizando una marcha grande con otras organizaciones palestinas, dentro de relativamente poco tiempo. Vamos a seguir presionando, hasta que se logren romper los convenios.
-Cómo calificarías tú al Estado de Israel?
-Es horrible. Se demuestra lo degenerado que está el planeta en este momento. Está ocurriendo un genocidio televisado, que todos estamos viendo, en manos del Estado de Israel, que está financiado por Estados Unidos, por el imperialismo occidental y nadie hace nada, nadie dice nada. Yo creo que el Estado de Israel debería ser desmantelado. No es posible que ni los Estados, ni los países no interpongan sanciones económicas, ni políticas, ni sanciones diplomáticas, ni culturales, ni romper con convenios. Nada. La gente callada, mientras Israel sistemáticamente asesina niños, mujeres, civiles. La mayor parte civiles. Es algo que a uno le saca la emoción. Por algo estuve dos meses en el acampe. Pasándola mal, pasando hambre…fue una época de mucho frío, cuando llovió mucho. Pero claro, uno ve las atrocidades que está haciendo Israel y no nos podemos quedar quietos ni callados. Tiene que pasar algo. Mis compañeros palestinos me dicen que ellos quieren que la causa se des etnifique, para que no solo la gente palestina se movilice, sino que todos. Porque es verdad que es algo que nos afecta a todos. Esto que está pasando ahora, puede pasar en otros lados, puede pasar aquí y quién va a hacer algo?
-Y las Universidades que han hecho acampe en algunos países de Europa y más que nada en Estados Unidos ¿Qué opinión le merece?
-Les han tirado a los carabineros, para reprimirlos. Lo encuentro súper valorable lo que están haciendo. Aparte de que son países que tienen mucha mayor relación con Israel. Entonces, están peleando contra un poder mucho mayor que el de nosotros, con el acampe. Estamos en comunicación con ellos, con sus dirigencias, con las personas que formaban parte. De hecho, hicimos un video en conjunto con universidades de México, de España, de Estados Unidos, de diversos lugares. Estamos unidos con ellos en la misma lucha. De hecho, tenemos una coordinación internacional. Un enorme apoyo para poder resistir.
-El polémico lienzo en el cual aparece Netanyahu besando en la cara a la Rectora Rosa Devés, colgado en el frontis de la Casa Central, no lo considera violento?
-Es una forma de manifestarse, que se ha utilizado en los movimientos contra hegemónicos en múltiples ocasiones, para lograr mediatización. Es una obra de arte, que hace referencia a múltiples murales que se han hecho a lo largo de la historia donde, por ejemplo, aparecen políticos dándose besos. El hecho del beso es simbólico. Nuestra narrativa es que el lienzo no es algo que violente ni mucho menos que signifique violencia de género contra la Rectora. Ella representa a una institución. Por lo tanto, lo que significó es la relación sionista que tiene la Universidad con el Estado de Israel.
-Sin embargo, Netanyahu, el ícono visible del sionismo, dándole un beso a la Rectora…
. Entiendo que fue el momento más polémico y más mediático que tuvo el acampe, que era nuestro objetivo. Posicionar mediáticamente lo que está sucediendo en Palestina. Después que se colgó el lienzo, llegaron muchos medios a intentar sacar una declaración que nos perjudicara. Pero nosotros nos abocamos a hablar sobre lo que está ocurriendo en Palestina y sobre romper los convenios El lienzo puede criticarse, puede decirse que fue poco estratégico, se puede discutir. No es contra Rosa Devés. Si hasta ella comprendió, en cierto momento, que no era un ataque a su persona, sino a la institución que tiene por detrás.
-No será ese el motivo para que los hayan acusado de violentistas, anti democráticos y que vulneraban la convivencia institucional?
-Puede ser. Yo creo que, por ejemplo, así como utilizamos el lienzo que se colgó para ser mediáticos, la Rectora y las autoridades utilizaron ese tipo de acusaciones para deslegitimar la movilización. Parte de la narrativa común de la Rectoría y de la Universidad siempre fue deslegitimar el movimiento. Desde antes del lienzo se estaban haciendo ese tipo de acusaciones. Sin embargo, la Casa Central nunca fue tomada. Siempre intentando tener una buena convivencia con todas las personas que entraban a la Universidad.
–La Rectora también declaró una y otra vez su repudio a la masacre ocurrida en territorio palestino, así como el brutal ataque terrorista de Hamas el 7 de octubre 2023. ¿Cómo se condicen estas declaraciones con el hecho de no romper los vínculos con universidades israelíes?
-Yo creo que el gran problema de esa declaración es equiparar lo que hizo Hamas con lo que hace el Estado de Israel. Que es asesinar civiles, destruir escuelas, universidades. Está realizando una limpieza étnica del pueblo palestino. Y Hamas lo que hizo fue una operación militar que no creo sea equiparable. Me quedaría con eso. El problema es que se pueden decir muchas cosas, pero lo que hace falta es acción. Sanciones en contra del Estado de Israel. Y en verdad muy pocos países han hecho algo al respecto. Se me viene a la cabeza Colombia. Pero creo que está bien que ella haga declaraciones, porque es una persona importante, que tiene poder. De hecho, posteriormente se refirió a “genocidio”. Usó la palabra genocidio. Lo que me parece valorable y es un avance que logramos en gran parte por el acampe. Sin embargo, debería utilizar su posición para romper convenios y hacer algo que realmente impacte. Es algo que va muy ligado también al actuar del presidente. Quien dice que apoya a Palestina, pero después acepta tratados comerciales con Israel. Se codea con EEUU, con los europeos. Es lo que se denomina pro palestino asintomático. Porque no realizan nada.
-Ustedes también exigían que el gobierno de Boric corte relaciones diplomáticas con Israel, para que el Estado de Chile deje de ser cómplice ¿Tienen esperanza que esto suceda con la presión de ustedes?
-No. Yo creo que tiene mucho que ver con que se vuelva un movimiento masivo. Necesitamos a los trabajadores, a los profesores, la gente que históricamente se ha movilizado. Con sólo los estudiantes no. Pero probablemente el genocidio seguirá ocurriendo. Y si es que hacen un alto al fuego, van a seguir ocupando las casas en Cisjordania, seguirán ocupando más y más terreno, por tanto, una condena global hacia el Estado de Israel es necesaria en este momento.
Por María Elena Andonie
Periodista
Universidad Católica de Chile
Santiago de Chile, 9 de septiembre 2024
Crónica Digital