“Las palmas de Palmira nunca se inclinan”, fue la última frase Del inmortal arqueólogo sirio Khaled Al-Asaad antes de su asesinato por terroristas del Estado Islámico (Daesh) en agosto del 2015.
Al-Assad de 82 años, dedicó su vida entera a la exploración, excavación y restauración de los tesoros de esta ciudad apodada la “Perla del Desierto Sirio”, considerada uno de los sitios con mayor riqueza arqueológica del Medio Oriente, y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1980.
El Cairo, 21 de agosto 2024
Crónica Digital/PL