Tal y como lo advirtió, Venezuela está hoy bajo el asedio de algunos gobiernos dentro y fuera de América Latina que buscan manchar su proceso eleccionario con acusaciones y críticas al triunfo del presidente Nicolás Maduro.
El mandatario este domingo ganó la reelección con la mayoría de los votos y se impuso así ante nueve candidatos de oposición, en un sufragio avalado por cientos de observadores internacionales que dieron fe de la transparencia y eficiencia del sistema comicial del país suramericano.
Sin embargo, algunos gobiernos no solo cuestionan los resultados y el desarrollo de la votación, sino que proceden con acciones perjudiciales para sus nexos con Caracas y también para la necesaria integración de la zona.
Panamá puso en suspenso la relación bilateral con Venezuela y anunció el retiro del personal diplomático en dicha nación, aunque tiene la intención de mantener vínculos a nivel consular.
Ecuador planea una convocatoria al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos para analizar la situación en la República Bolivariana tras las votaciones, mientras Argentina dijo que no reconocería la victoria de Maduro.
Incluso, esos tres países junto a Costa Rica, Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay en un comunicado “manifestaron su profunda preocupación por el desarrollo de los comicios presidenciales” y “exigen la revisión completa de los resultados con la presencia de observadores electorales independientes”.
Estados Unidos no quedó atrás y en tal sentido el secretario de Estado, Antony Blinken, pidió un conteo “de forma justa y transparente”, y amenazó con que “la comunidad internacional está observando esto muy de cerca y responderá en consecuencia».
Venezuela avizoró esta ofensiva camino a la votación del 28 de julio e incluso ayer denunció una campaña de intervención en contra de su proceso electoral, el derecho a la libre autodeterminación y la soberanía nacional.
Su Ministerio de Relaciones Exteriores señaló en un comunicado que la maniobra es “orquestada por parte de un grupo de Gobiernos y poderes extranjeros”.
Según acotó, se trata de una versión del infame, fenecido y derrotado Grupo de Lima que pretende desvirtuar el ejercicio del derecho del pueblo a elegir.
Mencionó el apoyo a de “políticos sicarios de ultraderecha especializados en desestabilizar gobiernos en América Latina” como los expresidentes Iván Duque, Mauricio Macri, Andrés Pastrana, Oscar Arias y los políticos estadounidenses Marco Rubio y Rick Scott.
“Esta miserable y desesperada operación está destinada al fracaso porque Venezuela es un país libre y soberano y jamás aceptará imposiciones ni chantajes y menos de instancias extranjeras sin moral y legalidad, para agredir nuestros derechos y a nuestro pueblo”, apuntó la Cancillería venezolana.
Ciudad de Panamá, 29 julio 2024
Crónica Digital/PL