Hace hoy 30 años, el 1 de mayo de 1994, Brasil y el mundo se despidieron de uno de sus mayores ídolos deportivos: Ayrton Senna da Silva, piloto de la Fórmula 1, principal competición de automovilismo internacional.
Los ánimos de los competidores no eran los mejores, después de todo, en los entrenamientos, el también brasileño Rubens Barrichello golpeó fuerte, y, el sábado, una tragedia: la muerte del austríaco Roland Ratzenberger tras otro grave accidente.
Senna lideraba el GP de San Marino con el equipo del constructor Williams, creado en 1977. Millones de sus compatriotas acompañaban por televisión la carrera del gran ídolo, que contaba con 41 victorias en las pistas.
Sin embargo, la rotura de un componente mecánico hizo que su coche, que «volaba» a 300 kilómetros por hora, dejara de responder a los mandos del volante.
Pasó recto por la curva Tamburello y chocó contra un muro de hormigón. El impacto hizo que una pieza se desprendiera de la suspensión y golpeara el casco del entonces tricampeón mundial.
A los 34 años, Senna murió en el auge de su carrera y su pérdida marcó a todo un país que recuerda cómo fue aquel 1 de mayo y también el cortejo del cuerpo en Sao Paulo el 5 de mayo de 1994.
Durante el trayecto hasta el Cementerio de Morumbi, calles paulistas quedaron tomadas por brasileños que querían despedirse del ícono.
La presentadora Adriane Galisteu, exnovia del legendario piloto, fue sorprendida con un homenaje al tricampeón mundial durante su visita al Sphere Arena en Las Vegas, Estados Unidos, en víspera del trigésimo aniversario de la trágica muerte.
Con la mayor pantalla led del mundo, Sphere Arena presentó una imagen gigantesca del casco de Senna, capturando la atención de Galisteu, quien estaba en el lugar sin saber del tributo.
«Vine corriendo a ver la famosa Esfera aquí en Las Vegas, y para mi sorpresa, miren lo que estaba pasando. ¿Ven lo que estoy viendo? Es el orgullo de Brasil. Es el casco de Ayrton. Mira esto. Estoy ganando este regalo», manifestó.
Senna y Galisteu mantuvieron una relación ampliamente acompañada por el público brasileño durante la década de 1990, teniendo su término marcado trágicamente por el accidente fatal en Imola.
Desde entonces, ella resulta una figura activa en la preservación y celebración de la memoria del respetado corredor de autos.
La conmemoración en Las Vegas es parte de una serie de tributos y eventos globales que tienen lugar durante la semana que conmemora el legado de Senna, incluyendo exposiciones y homenajes en lugares significativos como en las ciudades italianas de Turín e Imola.
Por su parte en Brasil, el paulista autódromo de Interlagos, el principal nacional y escenario de la primera victoria del piloto en su tierra natal, aparece como punto de visita.
Muestra orgulloso dos piezas en homenaje al piloto: el busto de aluminio pulido, además del enorme y colorido mural pintado por el artista Eduardo Kobra.
Inaugurada en 2015, la pintura trae una imagen de Senna usando su conocido casco de solo tres colores, pero que se convirtió en icono y referencia en el automovilismo. Tiene 41 metros de altura y 17,5 metros de ancho.
En la plaza Ayrton Senna, en la Zona Sur de Sao Paulo, hay una escultura llamada Velocidad, alma y emoción, cincelada por Melinda García en 1995, con alusión al tricampeón mundial.
También desde horas tempranas se percibe un extenso peregrinar hacia el panteón Ayrton Senna, tumba que muchos eligen visitar en el Cementerio de Morumby, donde al llegar, no es raro encontrar fotos, homenajes, banderas de Brasil e innumerables artículos.
Brasilia, 1 mayo 2024
Crónica Digital/PL