La Luna se volvió básicamente del revés, un proceso denominado “volteo global del manto”, y fue así como asumió su forma actual, sugiere un estudio publicado hoy en Nature.
La indagación señala que este evento inicial fue solo el comienzo de una serie de procesos geológicos extremos y, con el tiempo, un océano global de magma cubrió la joven Luna, eventualmente cristalizando para formar su manto y corteza.
De acuerdo con los datos del estudio, en las profundidades de la Luna, capas de ilmenita, un mineral denso y rico en titanio, se formaron sobre capas menos densas.
Así, la disposición resultó gravitacionalmente inestable, lo que eventualmente llevó a un «volteo global del manto», donde los cumulados de ilmenita se hundieron hacia el interior lunar.
Se cree que la capa de ilmenita se hundió antes de los impactos que formaron las cuencas de Serenitatis y Humorum, y dicho proceso precedió y facilitó el vulcanismo que caracteriza la superficie lunar visible en la actualidad.
“Este hallazgo tiene implicaciones profundas para la comprensión de la evolución geológica de la Luna, señalan los autores, pues puede ofrecer nuevas perspectivas sobre otros cuerpos celestes”, puntualiza el texto en Nature.
Los resultados de la indagación fueron posibles gracias a datos proporcionados por la misión GRAIL de la NASA, que orbitó la Luna entre 2011 y 2012, con los cuales pudieron detectar variaciones en el campo gravitatorio lunar.
También utilizaron los resultados arrojados por la combinación de inversiones gravitatorias y modelos geodinámicos, así como la correlación de patrones de anomalías gravitatorias lineales en la región de los mares lunares con los restos de acumulados de ilmenita post-volteo.
“Estas anomalías no son meras curiosidades; delinean un patrón geométrico que coincide con las predicciones de los modelos sobre los restos de ilmenita”, explica el estudio.
Washington, 15 abril 2024
Crónica Digital/PL