Una Plegaria al Cosmos. A la madre Luna, al padre Sol…a todos los astros, al firmamento, las galaxias, las estrellas, al Universo entero.
Para las decenas de miles de niños y niñas que ya no están.
Quienes han sido bombardeados, ametrallados, asesinados…muchos de ellos descuartizados, mutilados, triturados, por los engendros sionistas: mil millones de veces malditos. En una masacre, matanza dirigida y planeada para eliminar al pueblo palestino.
Esas almas pequeñitas, esos niños, niñas, bebés, ya no están y no estarán.
Una plegaria por esos padres, esas madres que han perdido a sus hijitos para siempre. A las mujeres…muchas, miles embarazadas.
Para esos jóvenes, hombres, ancianos, que también son víctimas de este exterminio…que han dejado a sus hijos, nietos, solos, abandonados entre los bombardeos que no se detienen ni un segundo.
A esos cientos de miles de palestinos en Gaza, con hambre, con sed. Causa también de su muerte. Hombres, mujeres y niños deshidratados, afectados por infecciones letales por condiciones insalubres, sin agua posible de beber.
Los sionistas impiden que el pueblo palestino viva. Por las condiciones impuestas del mayor de los regímenes criminales que conoció la historia.
No hay agua para los palestinos. No hay alimentos, electricidad, combustible. Nada de nada para sobrevivir. Las y los palestinos asesinados, descuartizados…para ellos la Plegaria.
Toda la población que queda, busca a sus hijos entre los escombros…desangrados de dolor, muriendo en vida.
Esta es una nueva al “Nakba”, peor que la anterior. Han transcurrido 75 años de una catástrofe que se replica y multiplica con su carga de horror.
Es la destrucción total de lo que va quedando de Palestina.
Mi Plegaria va dirigida a ese pueblo en Gaza. Una Gaza enteramente destruida: edificios, casas, escuelas, hospitales, cultivos, carreteras.
¡¡¡DIOS!!!
Mi Plegaria se eleva al cielo, enviada desde el Infierno en Gaza y toda Palestina.
Mis hermanos, mi sangre, mi familia masacrada…bombardeada por aire mar y tierra. A esta barbarie, matanza, genocidio, elevo esta Plegaria…una súplica para decir BASTA!
Es demasiado…demasiado…demasiado. No hay adjetivo, palabras ni oraciones para definir esta verdadera aniquilación de mi amado, adorado Pueblo.
¿Y el mundo? el mundo ciego, sordo, mudo ¿Dónde está esa humanidad que suele rasgar vestiduras en ocasiones donde ese occidente opulento se ve afectado?
Un mundo que mira para el lado, como si todo estuviese normal, como si el brutal exterminio, la segregación, los crímenes no existieran.
Los crímenes de guerra, de lesa humanidad, están normalizados. Impunidad para el sionismo y su sociedad de muerte.
Mi Plegaria va dirigida desde este inconmensurable desgarro. Al grito, aullido, bramido que se escucha más allá del Universo, más allá del Todo.
Para ustedes, Almas con eco desangrado, silenciado por siempre…sumándome al grito, desgarro de las y los sobrevivientes. Al grito mutilado por los que nunca volverán, nunca más nos acompañarán.
¡¡NUNCA MÁS!! Corazones con su pálpito enmudecido por siempre.
Para mi pueblo amado mi Plegaria. En especial los niños niñas y bebés. Pequeños quienes antes de vivir, transitan por el callejón obscuro de la muerte.
Para toda mi amada familia palestina, mi alarido, mi desgarro…esta, mi Plegaria.
Amén.
¡¡OH MI PALESTINA!!
María Elena Andonie Araque
Periodista
Santiago de Chile, 13 de marzo 2024
Crónica Digital