El reciente veto de Estados Unidos para un alto al fuego en Gaza reabre hoy el debate sobre el uso de ese recurso, exclusivo de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y la responsabilidad que implica.
A pesar del reclamo casi unánime para dar luz verde a una resolución vinculante para el cese de las hostilidades, la representación norteamericana vetó por tercera ocasión el proyecto, esta vez elaborado y presentado por Argelia.
La embajadora norteamericana, Linda Thomas-Greenfield, insistió en que la aprobación de la propuesta podría poner en riesgo las negociaciones en curso.
Este borrador no traerá una paz duradera, sino que ampliará el cautiverio de los rehenes y la crisis humanitaria, justificó la diplomática al anunciar que la delegación presentará su propia propuesta “que apuntaría a un alto el fuego temporal basado en la fórmula de que todos los rehenes son liberados”.
La postura de Estados Unidos envía un mensaje equivocado, empujando a Gaza aún más a la crisis en un momento en que los palestinos luchan al borde de la muerte, advirtió el embajador permanente de China, Zhang Jun.
De acuerdo con el representante, resulta totalmente insostenible argumentar que el borrador pone en peligro las conversaciones en curso mientras que la violencia desestabiliza toda la región.
Por el contrario, afirmó, el Consejo debe actuar rápidamente para detener la matanza.
La resolución, con un único voto en contra, 13 favorables y la abstención de Reino Unido, rechazaba, además, el desplazamiento forzado de la población civil palestina y exigía el fin inmediato de esas violaciones y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes.
Igualmente pedía un acceso humanitario sin restricciones a la Franja de Gaza y a lo largo de ella.
El resultado, considerado lamentable por varios representantes del ente de 15 miembros, reabrió el debate sobre la necesidad de defender desde la herradura la paz y el orden internacional.
El propio secretario general, António Guterres, aún espera que el Consejo de Seguridad encuentre una manera de hablar con una sola voz sobre esta cuestión, afirmó la víspera su portavoz, Stéphhane Dujarric.
«Los cinco países con veto tienen una gran responsabilidad y creo que es necesario explicar cómo se utiliza el veto», insistió el vocero tras la sesión del martes.
Por su parte, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, consideró el fracaso de la resolución como otra prueba de que Washington pretende que Israel gane tiempo.
La representación norteamericana sigue insistiendo en que el Consejo no interfiera en sus planes y otorga a Israel una licencia para matar, dijo el diplomático con un llamado a los miembros del Consejo para que contrarresten la anarquía de Estados Unidos.
La opinión pública, agregó ya no perdonará al Consejo de Seguridad su inacción.
A juicio del embajador de Argelia ante la ONU, Amar Benjama, el mensaje tras la votación es que la comunidad internacional debe responder a los llamamientos para poner fin a la matanza de palestinos pidiendo un alto el fuego inmediato.
“Todos aquellos que impiden tales llamados deberían revisar sus políticas y cálculos porque las decisiones equivocadas de hoy tendrán un costo para nuestra región y nuestro mundo mañana. Este costo será violencia e inestabilidad”, alertó.
Naciones Unidas, 21 febrero 2024
Crónica Digital/PL