Crítica
Por Miguel Alvarado Natali
Editor de Cultura
“He nacido para verte sonreír” del dramaturgo y director de cine argentino Santiago Loza y dirigida por su compatriota Paulo Brunetti, es un monólogo desesperado de una madre angustiada por salvar a su hijo de ir a un hospital psiquiátrico. Ella espera una señal coherente, una mirada racional o una sonrisa lucida de un muchacho mentalmente ausente. Es un drama íntimo, profundo y desgarrador sobre el amor y la falta de comunicación, que estará en cartelera hasta el 8 de Octubre en el Teatro Fenis Terrae.
La historia transcurre en la habitación de un joven con un trastorno mental, que está tirado en el piso y minutos después termina de ordenar su maleta, mientras su madre le habla y recuerda episodios de su vida junto a él y la familia. Hace un juicio a la empleada por no hacer bien las cosas que se le encomiendan y por andar saliendo con un taxista. Tiene una fijación por los sueños que la hacen volver a su niñez y al despertar se da cuenta que las cosas siguen en el mismo sitio. En poco tiempo el espectador se da cuenta que está frente a una despedida agónica, que ella no quiere, pero que parece inevitable, mientras esperan la llegada del padre que los llevará a un largo viaje a la clínica que lo rehabilitará. Una madre llena de amor, pero también de dolor, por no ver que su hijo exprese de la misma forma los sentimientos.
Blanca Lewin (48), que no necesita presentación, asume el rol de una contrariada madre, hace lo correcto y su interpretación, sí bien es creíble, le faltó ese lagrimeo junto al ser más querido que una mujer puede tener. Sin embargo, por momentos, sin que el libreto lo amerite, tiene acercamientos con el hijo que bordean el erotismo. Su desplazamiento escénico es notable, su voz y gestualidad transmiten esa agonía de quien perderá a un hijo, que prácticamente ya era un ausente. Pero es una madre con esperanza: “Tengo un hijo que se ha ido, pero va a volver”. En tanto el actor Bernabé Madrigal, a quién viéramos recientemente en la telenovela “La ley de Baltazar” y hace un par de meses en la obra “La piedra oscura”, interpreta a este hijo loco, perdido en su mundo, con algún grado de coherencia, ve las manchas en las ventanas, se cambia de camisa y la deja ordenada. Mantiene la concentración y el ritmo de un personaje, que se mueve poco, que no habla y donde todo el trabajo actoral está es su expresión facial y sus movimientos de manos.
La escenografía minimalista se presenta con algunas proyecciones en las paredes transparentes de la habitación del hijo enfermo. Los efectos técnicos realizados para una variedad de luces, que de pronto forman figuras abstractas, están muy bien logrados y van en armonía con la música. La atmósfera se percibe en un comienzo un poco difusa, para luego ser despejada por el propio relato, que es acompañado por un vestuario apropiado y condicionado a las escenas.
“He nacido para verte sonreír”, es el desencuentro eterno de un hijo que al final decide no mirar a los ojos a su madre, no darle una sonrisa, no salvarse del psiquiátrico. Una puesta en escena que se pasea por la melancolía y la tristeza. Es el relato desgarrador de una madre a la cual se le acabó el tiempo de criar y enseñar, pero hace su último esfuerzo en buscar un grado de sensatez en esa mirada de su hijo que enloqueció. Con un comienzo muy lento y una trama bien presentada, pero que a ratos se torna interminable, está obra escarba en la psiquis de dos personajes que van quedando expuestos al mundo real que termina por atraparlos. El destino ya estaba escrito, se cortar ese cordón umbilical y el amor incondicional de una madre, pese a lo traumatico y sensible que ha sido convivir hasta la adolescencia con un ser que nació ido, ya no hay otra salida.
Por Miguel Alvarado Natali
Santiago de Chile, 30 de Septiembre 2023
Crónica Digital
Autor: Santiago Loza
Dirección : Paulo Brunetti
Duración: 75 minutos
Elenco: Blanca Lewin
Bernabé Madrigal