Estados Unidos venía gestando el golpe de Estado desde mucho antes de que Salvador Allende saliera electo presidente, aseguró Atilio Borón, quien visita hoy Chile en ocasión del cincuentenario del quebrantamiento de la democracia.
En una conferencia ofrecida aquí, afirmó el politólogo argentino que en 1958 cuando Allende perdió las elecciones por apenas una diferencia de 30 mil votos frente a Jorge Alessandri, comenzó a cundir el pánico en Washington ante la posibilidad de que un candidato de izquierda llegara al poder.
Recordó que en Chile las empresas norteamericanas tenían intereses con el cobre y otros recursos.
En el 58 ya Estados Unidos comienza a centrar su mirada en este país, con la aparición en el sur del continente de una coalición que estuvo a punto de ganar, superando también a Eduardo Frei Montalva, dijo.
De acuerdo con el sociólogo argentino, esa obsesión se acentuó con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y sus reformas profundas en materia económica, social y política.
El gobierno estadounidense, señaló, temía que una victoria de la izquierda en Chile se convirtiera en un ejemplo para toda la región y comienza a construir una alternativa ante lo que pronosticaban como casi segura.
“El caso chileno no ha sido suficientemente estudiado”, aseguró el también catedrático y escritor argentino, quien entre 1967 y mediados de 1972 vivió y estudió en este país.
Atilio Borón asistió en la sede de la Central Unitaria de Trabajadores a la presentación del número 52 de la Revista Araucaria, la cual contribuye al debate y la reflexión en torno a los hechos que llevaron a romper la institucionalidad.
El analista político ofrecerá una serie de conferencias en Concepción, Valparaíso y Santiago de Chile en el marco del cincuentenario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra el gobierno de la Unidad Popular.
El cuartelazo, encabezado por Augusto Pinochet, dio lugar a uno de los episodios más oscuros de la historia de este país.
Se estima en más de 40 mil las víctimas de ese régimen, entre asesinados, detenidos desparecidos y torturados, sin contar los más de 200 mil exiliados.