Crítica
Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura
Le jeu ( el juego) la muerte es “cola”, escrita por Eduardo Gamboa y David Molina. Es una comedia negra que nos sumerge en ese mundillo gay chileno, en un entorno oscuro, alegre y estridente. Dirigida por quien también la protagoniza Eduardo Gamboa, se está presentando por La Compañía La Cromática en el Teatro de Bolsillo, hasta el 9 de Septiembre.
El cirujano plástico y homosexual, “Kika”, recibe en su casa, junto a su cercana empleada a unos amigos del tiempo de estudiantes. Y el motivo es su cumpleaños, pero no el de nacimiento, si no el del “Contagio” de Sida. La velada, que ya es extravagante, se va transformando poco a poco en una discusión de los asuntos pendientes del pasado, donde los -trapitos al sol- se comienzan a ventilar y van quedando al descubierto los secretos más íntimos y perversos de este grupo de gay.
La atmósfera está ideal, bien lograda, con una escenografía realista de un living lleno de elementos vanguardistas, que desbordan coloridos ad hoc para el montaje. Las luces, el piano en vivo, una pantalla que nos exhibe fotos y la canción Wannabe de las Spice Girls, hacen un complemento que le va poniendo sentido a cada escena.
Las actuaciones sorprenden, especialmente esa verbosidad que emplean estos personajes, que por momentos son un poco caricaturescos y que tienen esa virtud de pasar fácilmente a la tragedia, a la exageración. Ese enyeguecimiento, que en forma peyorativa se tiene de estos clanes, aquí está y resulta atractivo, no caen mal, pero tampoco podemos hablar de un lenguaje refinado: “Son todas indecentes, zorras falsas…las culia”.
Eduardo Gamboa en el papel de Kika, mantiene una actuación sólida, pero que confunde al espectador en la segunda escena, ya que hay un cambio de roles, que es un juego que hace con su sirvienta, la actriz Tatiana Escobar, quien asume esta figura de ama de casas, un tanto sometida, pero a gusto dentro de este círculo gay. Si tenemos que hablar de sentido común y normalidad, ella es la que pone esa cuota, incluso su personaje brilla además por su sensatez y encara al resto, defiendo sus costumbres, ya que es peruana. En tanto, el antagónico recae en el actor David Molina, él es Farid, la Fifi. Personaje bien logrado de un comunicador farandulero, conocido en el medio televisivo, es perverso y dentro de ese mal de emocionalidades esconde un secreto macabro. Por último tenemos a Matías Infante, encarna a un travesti refinado que viene llegando de Europa, curiosamente es la menos “Loca”, con una representación correcta, donde en este reducido de grupo de invitados de la Kika, hay una diversidad que nos hace ver que no hay un prototipo de homosexuales.
Le jeu la muerte es“cola”, es un montaje entretenido, delirante y que expone con humor negro el mundo de los gay criollos, a veces un poco caricaturesco y con diálogos coléricos, donde el descontrol y los insultos, así como aparecen también se esfuman. Es una ficción no tan lejana a la realidad, con muchas referencias y guiños al mundo gay, travesti y transformismo. Es una performance diversa, una tragedia griega-gay, que bordea la sexualidad desde la mirada gay y que nos hace reflexionar de este ambiente lleno de excesos, traición y lujuria.
Santiago, Crónica Digital, 2 de Septiembre 2023