Nacida en Vicuña, Chile, el 7 de abril de 1889, Gabriela Mistral hizo el mágico viaje de maestra de escuela hasta llegar a ser una relevante figura de la literatura universal.
Hija de padre profesor y madre modista, según consta en los registros parroquiales de su ciudad natal, situada en el valle del Elqui, fue bautizada como Lucila de María Godoy Alcayaga.
De joven se desempeñó como profesora, experiencia que la convirtió en una importante investigadora sobre el rol de la educación pública.Sus progresos en la docencia corrieron paralelos a su producción poética. Colaboró con diversas revistas literarias y sus primeros escritos aparecieron en 1904 en publicaciones como El Coquimbo, Penumbras de La Serena y La Voz de Elqui.
Usó por primera vez el seudónimo de Gabriela Mistral en el poema Del pasado, que salió a la luz en el diario El Coquimbo en 1908, según reseñan medios chilenos.
Durante esa etapa empezó a escribir su libro Desolación, al tiempo que trabajaba para la revista Elegancias, que dirigía el poeta nicaragüense Rubén Darío desde París.
En 1914 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Sonetos de la muerte, y en la década de 1920 ejerciócomo cónsul y representante de su país ante organismos internacionales en América y Europa. También viajó por Centroamérica y el Caribe, mientras colaboraba con las universidades de Puerto Rico, La Habana y Panamá.
En 1923 se publicó en México su volumen Lecturas para mujeres, luego, en Barcelona,una antología de su obra titulada Las mejores poesías, y en 1938, en Argentina, el libro Tala, el cual dedicó a los niños españoles víctimas de la Guerra Civil y con el que ratificó su rechazo al fascismo.
A finales de la década de 1930, círculos de intelectuales de distintas naciones promovieron a Mistral para el Premio Nobel de Literatura, el cual obtuvo en 1945.
Fue la primera mujer latinoamericana en obtener un galardón de este tipo y la segunda figura de la región, después del político argentino Carlos Saavedra, quien recibió el de la Paz en 1936.
En su país natal, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1951, además, le fueron conferidos los títulos de doctora honoris causa por las universidades de Chile y Guatemala, y el deMills College de Oakland, en California, Estados Unidos, entre otros reconocimientos de prestigiosas escuelas de altos estudios.
Su obra ha sido traducida a más de 20 idiomas, a la vez que su vida y pensamiento político-social continúan siendo objeto de estudio.
Falleció el 10 de enero de 1957 en Nueva York. El Gobierno chileno decretó duelo oficial durante tres días y dispuso el traslado de sus restos a su Montegrande de la infancia, cumpliendo su voluntad. Allí, un mausoleo en la ladera del Elqui la recuerda como una de las poetas más notables de la literatura mundial.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)
Santiago de Chile, 28 de mayo 2023
Crónica Digital/PL