No debe olvidar su origen: la lucha por justicia social de las mujeres trabajadoras que en 1857 se decidieron a salir a la calle en New York, con el lema “Pan y Rosas” para pedir jornadas y salarios justos, además del fin al trabajo infantil.
El 25 de marzo de 1911, producto del encierro de trabajadoras en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, 123 mujeres mueren calcinadas por un incendio. Esa masacre producida por la explotación inmisericorde sobre las trabajadoras sacó a las mujeres y trabajadores de New York a protestar.
En 1910, durante la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague, se decidió proclamar el Día de la Mujer Trabajadora. Tras esa idea estaban Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo.
Clara Zetkin, alemana, judía, socialdemócrata, que debió exiliarse cuando en 1881, Bismarck prohibió el Partido Socialdemócrata, viviendo entre Suiza y París, donde escribió y distribuyó literatura clandestina. Casi diez años después, y tras participar en el congreso fundacional de la Segunda Internacional Socialista en 1889, regresó a Alemania y, desde Stuttgart, editó el periódico de mujeres socialistas Die Gleichheit (“Igualdad”), que se publicó entre 1892 y 1917.
“Nunca me callaré; nunca asentiré o me someteré a la autoridad, nunca haré las paces con un sistema que degrada a la mujer a una mera incubadora y que se ceba con sus inocentes víctimas.” Decía Emma Goldman en 1916, a la vez que hacía campaña contra el aborto, el amor libre y el derecho a libertad de expresión.
En los años 60, las ideas feministas surgen con fuerza tomando los valores de todas las mujeres que habían dejado su vida por una sociedad de igualdad. En honor a las sufraguistas inglesas usan el morado para visualizar al movimiento libertario por los derechos de las mujeres.
Un saludo cariñoso a todas las mujeres que día a día trabajan por una sociedad justa, libre, sin dolores y con la memoria activa para prevenir la asonada del mal.
Aporte de la colega y escritora @NancyGuzmán
Santiago de Chile, 7 de marzo 2022
Crónica Digital