Pero también ensombrecerá su alocución el desastroso repliegue de Afganistán, después de la invasión en 2001 y casi dos décadas de una costosa guerra que terminó en el mismo punto de partida: un país ingobernable y los talibanes en el poder, a juicio de analistas.
Tampoco pasarán por alto las divisiones en el legislativo entre los miembros de su propio partido, lo que frenó su plan de gasto social y climático, pieza clave de su agenda doméstica.
Biden enfrentará esta rendición de cuenta, cuando sus datos en las encuestas no suelen favorecerlo.
El ocupante del Despacho Oval llegó a reportar índices de aceptación tan bajos que se acercaron en enero –al cumplir 12 meses en el cargo- a los de su antecesor, Donald Trump, en igual periodo de su presidencia.
El asesor de la Casa Blanca, Cedric Richmond, dijo que el discurso “expondrá los planes del presidente para 2022 y describirá los retos a los que se enfrentó la administración en su primer año”.
George Washington (mandato 1789-1797) pronunció el 8 de enero de 1790 el primer discurso del Estado de la Unión y desde entonces se instauró esta tradición constitucionalmente.
En aquel instante, el mandatario abordó la necesidad de impulsar un cuerpo militar regular, construir mejores vías de comunicación, crear un censo para analizar las necesidades de la población y solicitó el establecimiento de un buen sistema de educación.
Mientras, en la capital del país se volvió a levantar la valla que rodea el edificio del Capitolio.
A la luz del próximo discurso y la posibilidad de manifestaciones en las venideras dos semanas, estamos trabajando en un plan de seguridad para evitar cualquier interrupción de la importante labor del Congreso, informó el domingo el jefe de la policía del Capitolio, Tom Manger.
La institución anunció a principios de febrero que las agencias estaban «al tanto de los planes de una serie de convoyes de camiones que llegarían a Washington, D.C, alrededor de la fecha del discurso del Estado de la Unión».
El miércoles pasado la Guardia Nacional dio a conocer que unos 700 efectivos estarán disponibles hasta el 7 de marzo para ayudar a las autoridades locales a gestionar eventuales manifestaciones.
La cerca rodeó el edificio del Capitolio tras el ataque del 6 de enero de 2021 protagonizado por seguidores del entonces presidente Donald Trump, quienes pretendieron anular la certificación de la victoria de Biden en 2020.
Se volvió a instalar antes de la protesta de septiembre en apoyo de las personas acusadas en relación con aquellos disturbios que dejaron cinco muertos y más de 140 policías heridos.
Washington, 1 marzo 2022
Crónica Digital/PL